Las bolsas reutilizables copan la Capital


A partir del 1° de enero de 2017 la Ciudad de Buenos Aires deberá decirle adiós a las desechables.

Quedan pocos días para que los porteños finalmente se despidan de las clásicas bolsas plásticas tipo camiseta. Y es que a través de la resolución 341/16 de la Agencia de Protección Ambiental, desde el 1 de enero del 2017, los hipermercados, supermercados y autoservicios de Capital Federal dejarán de repartirlas.

La puesta en marcha de la prohibición incluirá un sistema de control desde principios del año que viene a los comercios afectados a fin de detectar algún tipo de incumplimiento. De haberlo, el responsable será penado con multas que rondarán los $100.000.

Pero no son solo estos negocios los que deben adherirse. Por el contrario, la iniciativa abre la puerta para hacer extensiva la medida a otro tipo de establecimientos tales como farmacias, cafés, casas de comida así como otras localidades, ciudades y provincias que aún no cuenten con una legislación similar.

¿El objetivo? Disminuir el impacto negativo hacia el medio ambiente. Y es que se calcula que hay unas 20.000 bolsas en cada kilómetro de los océanos del mundo: un porcentaje se acumula en el fondo y el resto pone en riesgo la vida de unos 100.000 mamíferos marinos al año.

Además, generan inconvenientes de infraestructura: un tercio de los residuos recolectados en los arroyos entubados son bolsas desechables. Las mismas se acumulan y forman diques que obstaculizan el escurrimiento de los pluviales aliviadores, lo que favorece los anegamientos.

Así, con la entrada en vigor efectivo de la ley, CABA ahora se suma a la lista de provincias como Chubut, Río Negro y Neuquén y municipios como Pinamar, Bariloche, Yerba Buena y Rosario en los que ya se están aplicando medidas de este tipo.

Una acción sostenida en el tiempo
Pero esto no implica que la ciudad sea novata en la nueva modalidad. Según una encuesta del Gobierno porteño, el 63% de los habitantes de la capital ya utilizan un carrito o una bolsa reutilizable para hacer sus compras. Todavía más: casi el 80% de quienes usan las descartables estarían muy dispuestos o bastante dispuestos a abandonarlas.

Y es que el proceso para llegar a estas cifras fue largo. Desde que se anunció la decisión en septiembre, durante estos cuatro meses una campaña gubernamental se centró en la distribución de un millón de bolsas reutilizables en puntos de alta circulación de vecinos y centros de consumo para que la gente pudiera iniciar el proceso de reemplazo.

Además, el período de transición hacia el nuevo sistema permitió a los grandes comercios liquidar el stock de bolsas con el que ya contaban.

Pero la historia es todavía anterior: la reglamentación tuvo como marco a la ley 3147 de la localidad porteña, sancionada en 2009, que fomentaba la prohibición en la entrega de bolsas por parte de los comercios y la sustitución por sobres y reutilizables.

Y en 2012, la ciudad dio otro paso para desalentar la circulación de las bolsas no biodegradables cuando los supermercados comenzaron a cobrar sus clientes su entrega, lo que llevó a una disminución en el 50% de su uso.

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