Los frutos de Hábitat III


Representantes de 193 países aprobaron la Nueva Agenda Urbana que regirá hasta el 2026. En el medio de las disertaciones, Argentina tuvo un rol protagónico en la problemática de crecimiento desordenado, proliferación de barrios precarios y déficit habitacional.

Delegaciones de 193 estados miembros participaron de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III), evento que se celebra cada 20 años.

Bajo el lema "El cambio nace en el corazón del mundo", 45.000 personas participaron de los encuentros a lo largo de cuatro jornadas. Los mismos incluyeron mesas redondas, sesiones de conferencias magistrales, reuniones bilaterales y exposiciones de experiencias favorables en temas de desarrollo urbano.

“Lamentablemente la urbanización en los últimos 20 años no ha ido bien: ha crecido la desigualdad, las ciudades han crecido más que su población; por lo tanto, se ha disminuido la densidad”, resumió Joan Clos, Secretario General de la Conferencia.

Con este panorama, a lo largo del evento, los líderes mundiales se dieron a la tarea de generar un verdadero cambio.

“Es vital avanzar hacia una mejor articulación en la gestión entre gobiernos nacionales y subnacionales, el consolidar aún más los procesos de autonomía y descentralización de los gobiernos locales dentro de un marco de pleno respeto a la democracia”, expresó Mauricio Rodas, Alcalde de Quito.

El nacimiento de una nueva agenda
Así, el momento culmen llegó con la aprobación del documento final de la Nueva Agenda Urbana, lineamientos que deberán aplicar los gobiernos durante los próximos 20 años. El texto incluye 175 puntos en los que se plantean políticas urbanas que van desde acciones que ayuden a mitigar el cambio climático y mejorar la calidad de vida de las personas hasta desarrollar planes de inclusión de niños, mujeres y personas con discapacidad.

"La urbanización es una transformación de nuestra sociedad y por lo tanto hay que tomársela con mucho rigor y mucha seriedad. Hay que percatarse que la urbanización se ha convertido en un tema estratégico de nuestra sociedad", disparó Clos.

De esta forma, el escrito contempla cinco principios: la creación de una política nacional urbana, la revisión de la legislación urbanística, el diseño y planificación de las ciudades, el financiamiento de la urbanización y la implementación a nivel local.

Además se consagra el derecho a la ciudad que permite ocupar, usar y producir en un entorno justo, inclusive y sostenible. El texto también promueve regulaciones para combatir y prevenir la explotación de tierras.

“La nueva agenda promueve regulaciones que combaten y previenen la especulación de tierras, así que todas nuestras acciones deben dirigirse a cortar esas fuentes de inequidad; en este caso, la plusvalía ilegítima y, muchas veces, inmoral”, señaló Rafael Correa.

De manera paralela, varias instituciones anunciaron el desembolso de ayuda financiera, como la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) que otorgó US$ 2.3 millones en financiación para proyec¬tos de adaptación y mitigación de los efectos del cambio cli¬mático en ciudades de países en desarrollo. Así fue el caso también del Banco Europeo de Inversiones que invertirá US$ 105.000 millones en iniciativas de desarrollo ur¬bano sostenible durante los próximos cinco años.

Argentina también fue parte del encuentro con una nutrida comitiva que incluyó representantes de los distintos estamentos gubernamentales.

"El abordaje de las problemáticas del hábitat es para la Argentina una prioridad. Nuestro gobierno se ha fijado el objetivo de llevar agua potable al ciento por ciento de los hogares argentinos y extender la cobertura de cloacas al menos al 75% de estos hogares y por ello hemos comenzado a trabajar en conjunto con provincias y municipios para articular soluciones sistémicas y coordinadas", expuso Rogelio Frigerio, Ministro del Interior.

Argentina, a la vanguardia de la integración estructural
Pero la participación de la pata local quedó lejos de ser decorativa, sino que versó y dio ejemplo en una temática de gran importancia: el crecimiento desordenado de las ciudades, la proliferación de barrios precarios y el déficit habitacional. De esta manera, nuestra nación se convirtió en la primera de América Latina en contar con un Plan Nacional Urbano para hacer frente a la problemática.

Liderado por la cartera del interior en articulación con otras instituciones gubernamentales, involucra a autoridades provinciales y locales. La acción también contará con el asesoramiento técnico de ONU Hábitat y permitirá la participación de los afectados.

“El Plan Nacional de Hábitat es un plan muy ambicioso porque los problemas de la Argentina en términos del hábitat son muy grandes. Tenemos una pobreza estructural de alrededor el 40% de la población, muy vinculada a la falta de inversión y de planificación urbana. El 93% de nuestros argentinos vive en áreas urbanas. Es mucho más que la media mundial y ha crecido de una manera muy desordenada, provocando una fragmentación socioespacial también muy grande”, afirmó Frigerio.

Con esto presente, se espera que el proyecto ayude a transformar la situación de más de 6.000 barrios marginales y los convierta en espacios de oportunidad para el desarrollo económico.

"Estamos transformando todas las villas en un barrio más de la Ciudad donde los vecinos puedan vivir, trabajar y disfrutar. Y que otros vecinos vayan a trabajar o disfrutar a esos barrios. Eso requiere equilibrio e integración urbana, donde todos tengan acceso a la misma calidad de servicios", agregó Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Por su parte, el secretario general de Hábitat III y director ejecutivo de ONU Hábitat, Joan Clos, subrayó que el plan refleja la esencia de lo que promueve la Nueva Agenda Urbana.

"Queremos que Buenos Aires garantice la integración de los más vulnerables, es una de nuestras prioridades como Gobierno. Las consecuencias del crecimiento urbano sin planificación son ciudades fragmentadas, el crecimiento de las villas y la multiplicación de barreras sociales y urbanas", expresó Rodríguez Larreta.

Sin embargo, el evento no quedó exento de protestas. Manifestantes representantes de nacionalidades indígenas y colectivos sociales nacionales y extranjeros, criticaron, entre otras cosas, que las agendas oficiales se centraran en la urbanización y que se dejaran de lado a las personas que viven en el campo.

Dentro de la sede también existieron manifestaciones: ciudadanos de Corea del Sur realizaron un performance pacífico, alegando que la vivienda es un derecho y que el no tener dinero no debe ser un impedimento para que las personas puedan acceder a ella.

“Creemos que Hábitat III y la nueva agenda urbana no están representando a la gente. No son incluyentes como dicen”, expresó Soo-na Kim, de la Alianza local de sustentabilidad de Corea del Sur.

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