La percepción institucional repunta, pero las opiniones son divididas


Así lo reveló el Edelman Trust Barometer 2016. Aunque el estatus de las ONG, empresas, medios y gobiernos mejoró, las visiones de expertos y la población masiva difieren en un récord de doce puntos. En este panorama, las empresas son las que más chances tienen.

La confianza en las instituciones alcanzó su nivel máximo desde la recesión económica de 2008, con los negocios obteniendo el mayor salto y lograr un 53%. De esta forma, se acercaron a la posición de liderazgo que históricamente han mantenido las ONG (55%). Por su parte, los medios se colocaron en tercer lugar con 49%. El gobierno, con una modesta mejora logrando el 43%, continúa en la última posición.

Sin embargo, pese a este incremento general, este año fue testigo de una marcada divergencia entre el público informado y el masivo que componen la muestra de de más de 33.000 personas de 28 países del Trust Barometer de Edelman.

De acuerdo al relevamiento, hoy doce puntos separan al grupo experto de la población no especializada, 60% frente a un 48%. Se trata de una división evidenciada por primera vez en 2012 que ha ganado momentum y se ha ensanchado con el tiempo. Y aunque se ve como un fenómeno global, es especialmente marcado en quince estados. La brecha más grande la presenta Estados Unidos (19 puntos), seguido de cerca por Reino Unido (17), Francia (16), India (16), Australia (16) y México (15). De la región, Brasil alcanzó los diez puntos.

De acuerdo al relevamiento, hoy doce puntos separan al grupo experto de la población no especializada, 60% frente a un 48%.

"Estamos observando la desigualdad de la confianza alrededor del mundo. Esto acarrea una serie de consecuencias potenciales, entre las que se incluyen el surgimiento de políticos populistas, el bloqueo a la innovación y la activación del proteccionismo y el nativismo", alertó Richard Edelman, Presidente y CEO de Edelman.

A través de la lente de la masa, más del 60% de los países son catalogados como no confiables y no alcanzan el 50% de aprobación. Entre ellos se incluyen el vecino Brasil (48%), España (44%) e Italia (47%), y también aparecen nombres que sorprenden como Estados Unidos (45%), Reino Unido (40%), Alemania (42%) y Suecia (36%). Por el contrario, la elite presenta los niveles más altos en los 16 años del estudio, con saltos de dos dígitos en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Italia y México.

Divergencias múltiples
Desde la organización explican que esta fisura en parte se ve impulsada por la inequidad salarial y las diferencias puestas en las expectativas sobre el futuro. Así, se correlaciona en muchos de los casos con las grandes discordancias entre los participantes de bajos y altos ingresos. Entre ellos, Estados Unidos (31 puntos de diferencia), Francia (29) y Brasil (26) muestran la mayor desigualdad.

En este mismo sentido, aquellos que menos confían tienen un menor optimismo sobre su futuro. "Menos de la mitad de la población masiva cree que estará mejor dentro de cinco años. Esto anuncia una tremenda necesidad… y oportunidad… para que los negocios reconsideren lo que la sociedad espera y que reconozcan la nueva relación entre acción social y confianza. Para que las empresas tengan éxito, tienen que ganar esta confianza a través de acciones sociales que generen valor", Ben Boyd, Presidente de Prácticas, Sectores y Ofertas.

En sintonía con esta tendencia, la pirámide tradicional de influencia, con las elites en la cima, se ha dado vuelta. En la actualidad, la influencia yace en las manos de la población de masas. El resultado neto es un nuevo fenómeno en el que el segmento más influyente de la población, el 85%, es la misma que la que menos confía.

"Debemos dejar atrás la gran ilusión de que la masa seguirá a las elites. Esta ilusión se basó en la creencia de que los públicos informados tienen acceso a una información superior, sus intereses están interconectados y que volverse parte de una elite era una posibilidad abierta a todos los que trabajaran duro. Pero la democratización de la información, las revelaciones de alto perfil de codicia y mala conducta, junto con la desigualdad salarial ha aplastado esas creencias. La confianza de la población masiva ya no se puede dar por sentada", expresó Edelman.

Argentina en la lupa
En contra de este sentir dispar alrededor del globo, Argentina es uno de los siete países cuya brecha se achicó desde el año pasado, por tres puntos. En la actualidad, los avezados argentos expresan una confianza general del 53% frente al cercano 50% de los no expertos. Así, desde ambos lados colocan al país en una posición neutral, dejando atrás el 2015 en el que figuraba como no confiable.

Nuevamente, las ONG ocuparon el primer puesto, con un 70% tras una suba de ocho puntos en comparación al 2015. Esta alza es la tercera a nivel mundial, detrás de la de China (17 puntos) y México (11). En efecto, la confianza en las ONG subió en el 81% de los países.

Nuestro país también se presenta como uno de los de mayor mejora en la percepción de las empresas (10 puntos más), posicionándose como instituciones en el segundo lugar con un 67%. Igual de impresionantes fueron los repuntes dados por Francia (16 puntos), España (12), China (12), México (12) y Turquía (10).

En la escala local, los medios ocupan la tercera plaza con el 53% y gobierno, pese a una mejora de tres puntos, se ubica lejano en el último escalón con un escaso 26%.

Las empresas, centro de las mayores diferencias y oportunidades
De las instituciones evaluadas, la diferencia más marcada se halló entre las actitudes hacia los negocios, con una confianza depositada por el 70% de elite contra el 51% de masas. Por un margen de dos a uno, la población general cree que el ritmo de la innovación corporativa es muy rápido. Y es así que las industrias de mayor preocupación son la de alimentos, en particular en relación a la modificación genética, y la de servicios financieros y online, vinculados a las cuestiones de privacidad y seguridad.

Sin embargo, a pesar del escepticismo, el informe asegura que las compañías son las que tienen las mayores oportunidades para enmendar este gap perceptivo. De hecho, el público en general las ve como las más capaces de seguirle el ritmo al cambio rápido. Con un 61% dejan atrás a las ONG (55%), medios (56%) y gobiernos (41%). Y en comparación a los gobiernos, el sector privado le gana en 21 de los 28 países. Esta realidad es particularmente marcada en México, Brasil y Sudáfrica, con más de 40 puntos de diferencia.

"Los negocios pueden ser una gran parte de la solución porque son apolíticos, rápidos y miden su progreso. Este es el momento para que lideren desde el frente con el apoyo de sus empleados y clientes apasionados. Ya no se pueden centrar en metas a corto plazo. Los nuevos modelos de CEO están abordando las problemáticas de nuestro tiempo y tienen un interés personal en el éxito de la sociedad. Los stakeholders esperan que las empresas mantengan un foco sólido y constante en las ganancias, pero también en acciones alrededor de cuestiones claves como la educación, la salud y el medio ambiente", Kathryn Beiser, Presidente Global de Prácticas Corporativas.

Siguiendo esta línea de pensamiento, ocho de cada diez individuos creen que una empresa puede tomar acciones específicas para incrementar sus ganancias a la vez que mejoran las condiciones económicas y sociales de las comunidades en las que operan.

En lo que hace a los rubros, Tecnología continúa liderando las industrias (74%), seguida por Alimentos y bebidas (64%), Bienes de consumo empaquetados (61%), Telecomunicaciones (60%) y Automotores (60%). Y aunque servicios financieros sigue en el último escalón, fue el responsable de un incremento de ocho puntos en los últimos cinco años, una mejora mayor a cualquier otro sector.

"Si bien el sector tecnológico sigue siendo el que más confianza genera, el escepticismo inherente sobre el ritmo de la innovación puede presentarse como un viento en contra para el rubro en el corto plazo", Maria Amundson, Presidente Global del Sector de Tecnología. Es así, que si bien en la actualidad se encuentra un punto por encima que en 2015, en la evaluación del último lustro ha bajado dos puntos. Las únicas otras industrias que registraron bajas en este período han sido Automotores con dos y Farmacéuticas con un punto.

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