One Percent for the Planet, una iniciativa en plena expansión


Esta organización ya logró motorizar más de US$100 millones, que es el equivalente del 1% de las ganancias donado por más de 1.200 empresas de todo el mundo. Esto fue recibido directamente por 3.300 ONGs. En la región, Argentina dio el presente con cinco compañías.

La complejidad del mundo y la vida en sociedad junto a las problemáticas ambientales y sociales que se han generado a partir de ellas dan a entender que un solo actor no va a cambiar por su cuenta las reglas de juego, pero sí puede hacerlo en conjunto. Con esta idea en mente, Yvon Chouinard, fundador de Patagonia, y Craig Mathews, dueño de Blue Ribbon Flies, se dieron cuenta hace más de una década que tenían muchas cosas en común más allá del desdén por usar saco y corbata para ir a trabajar. Así, tuvieron una visión: unir sus fuerzas y usar sus empresas como como motores de un cambio ambiental positivo.

Estos dos ambientalistas y emprendedores de éxito entendían que era un buen negocio proteger los recursos que los mantenían en el mercado. Fue entonces que en 2002 fundaron 1% for the Planet, un movimiento que busca la conexión entre negocios, consumidores y organizaciones sin fines de lucro, empoderando a cada uno de ellos para generar una transformación mayor. Bajo el lema de “Love blue”, los co fundadores entendieron que en un mundo incierto, estas conexiones nos permiten a todos hacer más por nuestro planeta azul.

Aunque todavía no cuenta con grandes nombres, más de 1.200 empresas de 48 países se han unido a la causa y dan el 1% de sus ganancias anuales a iniciativas sustentables de más de 3.300 ONG de su elección. Las compañías pueden participar en su totalidad, a nivel de marca o de línea de producto. Si bien las empresas hacen las donaciones de forma directa, 1% for the Planet se involucra de lleno en esta relación. No solo evalúa cada institución beneficiaria en términos de historial, credibilidad e impacto, sino que anualmente verifica las contribuciones efectivas de los miembros para su certificación.

1% es un número muy grande
Desde su creación hasta 2012, este monto total ha superado los US$100 millones. De ellos, US$22 millones se destinaron a educación ambiental; las categorías de alimentos, vida salvaje, agua y clima han recibido US$11 millones cada una; y otros US$18 millones fueron a salud humana ambiental, misma cifra que para acciones de administración de la tierra. A partir de ese año, la iniciativa se embarcó en un nuevo foco, las “Alianzas de alto impacto”, que permite a los integrantes de la red a identificar problemáticas comunes y colaborar en torno hacia ellas.

Pero los retornos no benefician solo al entorno. De hecho, la gran visibilidad impacta de lleno en el negocio: los miembros vieron un incremento anual del 14,8%, y la red de trabajo cuenta con una tasa de satisfacción de 91%. La popularidad del movimiento ha llevado a empresas de todos los rubros a unirse: desde tecnología a energía, pasando por finanzas y automotores, hasta viajes y turismo y bienes de consumo.

Argentina, sumando adeptos
Esta chispa ha alcanzado a nuestra región, donde empresas de Argentina, Chile, Perú y Costa Rica se cuentan entre las pioneras. Nuestro país tiene la mayor cantidad de representantes involucradas en este movimiento. Serac Andinismo ubicada en El Chaltén, en Santa Cruz, fue la primera en ser parte de 1% for the Planet en 2009. A ella la siguió 49SouthPhoto de la misma localidad en 2012, una PYME que busca compartir la belleza natural de la Patagonia con el mundo. Para ello, diseña guías de campo para explorar los terrenos australes de América del Sur. En 2014 decidió hacer su aporte la compañía BottlesUs, de Córdoba, aunque con producción en Estados Unidos, del rubro de artículos para el hogar, vende botellas de agua de vidrio como reemplazo de los envases plásticos para minimizar los residuos.

También en 2014, Freestyle, otra agencia de turismo aventura, pero esta vez de Ushuaia, dio el presente. Ese mismo año lo hizo el restaurante de comida mexicana Jalisco que cuenta con sedes en Cariló y Pinamar. Además de la donación anual de sus ganancias, el establecimiento lleva adelante diferentes iniciativas para reducir el impacto negativo en el medio ambiente. Entre estas se destaca el hecho de que solo venden productos nacionales para disminuir su huella de carbono, reciclan el aceite para producir bio diésel y venden únicamente envases de vidrio.

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