Los Derechos Humanos, en la mira


Al anuncio del futuro Corporate Human Rights Benchmark se suma el lanzamiento de una web que mapea el accionar de estados y empresas en esta materia. El trabajo del Business and Human Rights Resource Centre ya refleja las respuestas y silencios de 101 gobiernos y 180 compañías.

Después de un 2014 en el que la agenda climática dominó la escena mundial, a tres meses de este 2015 parece que también le llegó la hora los derechos humanos. Desde hace décadas las negociaciones a nivel internacional han hecho mucho ruido, pero no se han dado pasos decisivos. Conscientes de este letargo, organizaciones de la sociedad civil, grupos de inversores, gobiernos y empresas están tratando de motivar un cambio efectivo. Y para ello, el arsenal que se ha elegido es de lo más variado.

En esta oleada de iniciativas, en diciembre del año pasado se anunció la llegada del The Corporate Human Rights Benchmark. Desarrollada en conjunto por los grupos de inversiones Aviva Investors, Calvert Investments y VBDO, junto al think tank The Institute for Human Rights and Business, el instituto de investigación EIRIS y la ONG The Business and Human Rights Resource Centre, el objetivo es hacer que las empresas busquen superarse.

“Nuestro benchmark va a generar un entorno competitivo mientras las compañías se vuelcan a una carrera a la cima de nuestro ranking anual. También echará un poco de luz en aquellas que tienen que mejorar su desempeño. Pasaron más de 60 años desde la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para que se desarrollaran los UN Guiding Principles on Business and Human Rights. Creemos que dentro de los seis años de su aprobación, podemos ayudar a hacer que estos principios se vuelvan una práctica rutinaria corporativa a través del desarrollo y el uso de nuestro benchmark”, expresó Steve Waygood, Director de Inversión Responsable en Aviva.

Apertura y transparencia de datos
Con este objetivo en mente, durante los próximos tres años llevarán adelante un relevamiento global en el que se evaluarán las políticas, procedimientos y prácticas de por lo menos 500 empresas globales en lo referente al respeto por los derechos humanos. En esta primera parte de su implementación, pondrán el foco en cuatro sectores cruciales: comida y agricultura, la industria textil, el rubro de los extractivos y las tecnologías de la comunicación y la información. Los resultados se darán a conocer de manera abierta a través de un portal online, convirtiéndole en el primer ranking de este estilo disponible públicamente.

La magnitud del proyecto llevó al gobierno del Reino Unido a apostar por su desarrollo y se ha comprometido a dar un financiamiento inicial de US$ 125.000. “Los registros sobre los derechos humanos de las empresas están siendo sometidos a un escrutinio cada vez mayor. Qué es lo que están haciendo para proteger a algunas de las personas más vulnerables de nuestra sociedad global tiene un impacto significativo en su reputación”, apuntó Jo Swinson, Ministra de Negocios del Reino Unido. Al poner en relieve y simplificar el entendimiento sobre el comportamiento real de las organizaciones, los defensores de la temática podrán desafiarlas a mejorar.

También en línea con este empoderamiento y liberación de la información, The Business and Human Rights Resource Centre lanzó recientemente dos páginas interactivas que mapean el camino seguido por estados y multinacionales en relación a la temática. Se reflejan las respuestas (y los silencios) de 101 gobiernos y 180 empresas a las que contactaron para conocer los esfuerzos realizados. El cuestionario que enviaron con esta misión fue respondido por el 51% del espectro corporativo y por el 43% de la muestra estatal.

"Al aumentar la transparencia y compartir las buenas prácticas, nuestras nuevas plataformas de acción van a impulsar acciones gubernamentales y empresariales fundamentales en el área de empresas y derechos humanos. Se trata del primer sitio web libre y gratuito en el que cualquier persona puede comparar acciones sobre empresas y derechos humanos de 94 empresas y 41 gobiernos”, resaltó Phil Bloomer, Director Ejecutivo de The Business and Human Rights Resource Centre. Así, los usuarios pueden filtrar las búsquedas según países, compañías, el tipo de problemática o la acción implementada.

Muchas voces, pero no todas
En lo que hace a las empresas, fueron representantes de las regiones más diversas, incluyendo a Chile, Brasil, Colombia, Venezuela y México de la región. En cuanto a los sectores, se centraron en los ya mencionados de ropa, comida, extracciones y TIC, además de las 50 empresas de mayor capitalización del mercado financiero y farmacéutico. De estos, alimentos y bebidas presentaron la mayor cantidad de respuestas (73%), mientras que la industria minorista y textil fue la peor posicionada, con el menor índice de participación (27%) y la menor cantidad políticas relacionadas (37% en comparación de un promedio general de 51%). También se observó una gran diferencia en el área de extractivos, entre la cantidad de respuestas de empresas estatales y privadas (36% frente a un 64%). El sector farmacéutico fue el único en el que el 100% de sus referentes tienen políticas de derechos humanos.

La mayor participación de los gobiernos vino de parte de la Unión Europea, en la que el 71% de los estados miembro respondieron. Muchos países que ya participan activamente en cuestiones de empresas y derechos humanos, como Brasil, Noruega, Alemania y Estados Unidos también se hicieron oír. También resultó prometedor recibir respuestas de países que están en las etapas iniciales de este proceso, como Angola, Bahréin, Israel, Japón y Myanmar. Argentina presentó su respuesta de la mano del Ministerio de Desarrollo Social. Del otro lado, varios gobiernos con gran impacto económico como Canadá, China, India y Rusia se quedaron callados.

Según los resultados, quedó claro que el reconocimiento de los principios orientadores de la ONU se mostró como un catalizador, pero todavía hace falta una mayor comprensión y coordinación entre las dos esferas. Mientras que las empresas citan a la debilidad de los controles gubernamentales como uno de los principales desafíos, varios gobiernos apuntaron a la oposición por parte de intereses empresariales como un obstáculo.

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