Un Plan B o 16 personas para salvar el mundo

Bajo el lema People-Planet-Profit, 16 líderes quieren cambiar la cara de los negocios. El líder de Unilever Paul Polman, Muhammad Yunus, el británico Richard Branson y la ex primer ministra noruega Gro Harlem Brundtland integran este B Team que ya está dando que hablar.

¿Qué tienen en común Muhammad Yunus, la ex presidenta de Irlanda Mary Robinson, el líder del imperio del lujo Francois-Henry Pinault, el fundador de Natura Guilherme Leal, el exitoso empresario británico Richard Branson y el ex CEO de Puma Jochen Zeitz? Son algunos de los 14 miembros de Plan B, una iniciativa mundial sin fines de lucro que busca llevar el movimiento sustentable a una nueva dimensión, posicionando la preocupación por lo social y ambiental en la primera línea de los negocios, de la mano de sus propios líderes.

“Los negocios tienen el poder de hacer mejor el mundo. Pero hace falta un Plan B, que considere al planeta, a la gente y las ganancias”, resumió Branson, el alma matter de esta iniciativa, lanzada a mediados de junio. En lo que muchos leen como el inicio de una nueva era del movimiento sustentable, y bajo el lema "People-Planet-Profit", el B-Team, como les gusta denominarse, apuesta a generar proyectos de escala que demuestren que el éxito de los negocios a largo plazo sólo puede lograrse respetando la triple línea de resultados. Y para eso, aseguran que empezarán por su propia casa, donde estarán todos los ojos puestos.

“Los negocios tienen el poder de hacer mejor el mundo. Pero hace falta un Plan B, que considere al planeta, a la gente y las ganancias."

A pesar de que entre sus miembros se ubican figuras políticas de la talla de Gro Harlem Brundtland, ex primer Ministra de Noruega, se trata de un claro llamado a los líderes empresarios para cambiar el rumbo de su accionar. Y para eso cuentan en sus filas con referentes clave como el líder de Unilever Paul Polman o con Ratan Tata, líder de la compañía hindú que lleva su nombre.

Claro que su manifesto puede sonar amenazante para otros colegas. La escasez de recursos naturales, la cantidad de gente viviendo bajo la línea de pobreza y hasta la creciente tasa de desempleo es para el propio B-Team parte de su responsabilidad. “Las organizaciones sin fines de lucro solas no tienen al alcance esta solución, mientras que muchos gobiernos no quieren o no pueden actuar. Si bien hay innumerables causas por las que llegamos a este punto, mucha de la culpa descansa en los principios y prácticas de los negocios como los conocemos", aseguran.

Desafíos en puerta
La tarea que tienen por delante no es sencilla. Aseguran que el B Team tendrá éxito donde otros fracasaron, aprovechando la energía de un pequeño grupo de líderes respetados que tienen acceso a jefes de estado y formadores de opinión. De todas maneras no estarán solos. Trabajarán codo a codo con organizaciones como el World Business Council for Sustainable Development y Ashoka.

“Tenemos 14 personas trabajando juntas que pueden generar un verdadero cambio al tomar decisiones rápidas y lograr que las cosas se hagan”, resumió en el lanzamiento de la iniciativa Branson, líder de la marca Virgin.

Para alejar a los negocios de su obsesión por el corto plazo, la iniciativa ya se puso tres desafíos por delante. El primer reto es el futuro del liderazgo: deberá centrarse en generar líderes inclusivos, justos, honestos, positivos y creativos.

En segundo término, imposible olvidar un tema clave: los incentivos. Para encarar este desafío se trabajará con los empleados para generar una nueva estructura de incentivos y para identificar y mapear tanto los subsidios positivos como los negativos.

Y en tercer lugar se ubica el reto del resultado final. En este caso, se pretende dejar atrás el pensamiento financiero a corto plazo, que tanto mal ha causado, para expandir la responsabilidad de la empresa fuera de lo financiero, incluyendo sus aportes, negativos y positivos, a la economía, el ambiente y la sociedad.

"Hay mucha charla pero no estamos encontrando las soluciones. Las empresas deben mover la agenda, en lugar de esperar que las cosas sucedan. Somos una ONG, pero manejaremos el B Team como una compañía, con acciones claras, objetivos e indicadores de performance”, aseguró Zeitz, quien dejó las filas de Puma para abocarse a pleno al flamante Plan B.