Ombú, primera en obtener la certificación Compromiso Social Compartido del INTI


La tradicional marca de ropa de trabajo, perteneciente a Tavex, trabajó tres años para obtener este sello, que garantiza condiciones de trabajo dignas y altos estándares sociales y ambientales en toda la cadena productiva. La experiencia, contada por sus protagonistas.

Hace seis años, la precariedad de la industria textil se volvía noticia, de la mano de un trágico incendio en un taller del barrio de Caballito. Una vez más la cadena de valor de esta industria llegaba a la agenda nacional cargada de malas noticias.

Poco tiempo después, el INTI lanzaba su certificación voluntaria Compromiso Social Compartido para empresas de indumentaria. Seis empresas arrancaron el camino de la certificación, que garantiza condiciones laborales dignas y altos estándares sociales y ambientales en toda su cadena. Una de ellas, la tradicional marca de ropa de trabajo Ombú, acaba de convertirse en la primera en ostentar este sello social.

Un sector muy informal
“El sector tiene una informalidad del 75%. Cuando fue el incendio y surgió el proyecto del INTI, hicimos una investigación interna para ver dónde estábamos parados y vimos que Ombú era la única que podía enfrentar una certificación de estas características para mostrar que el cambio es posible”, contó Fernando Raddavero, Gerente de Marketing y Ventas Workwear de Tavex, empresa propietaria de la marca Ombú que supo pertenecer a Grafa y que tiene 65 años en el mercado.

Ausencia de discriminación, trabajo infantil e informalidad son sólo algunos de los requisitos para obtener este sello del INTI. El respeto del medio ambiente, el cuidado de la salud y seguridad ocupacional, y el desarrollo humano en toda la cadena también forman parte de las condiciones a evaluar para poder lograr la certificación.

Cadena de buenas prácticas
El desafío no era sencillo para Ombú. Toda la cadena productiva involucra a 3.000 personas: 900 de Tavex, que fabrica el rollo de tejido, y otras 2.100 en los nueve licenciatarios (llamados ombuéros) que fabrican las prendas en nueve provincias, a veces con ayuda de dos talleres tercerizados para aumentar la capacidad.

“En Tavex el trabajo fue más sencillo, ya que contamos con muchas certificaciones, pero en el resto de los eslabones fue donde hubo que trabajar más”, contó Radavvero. El área de Higiene y Seguridad fue una de las más desafiantes en el proceso de certificación. “Estaba todo habilitado y en regla, pero para obtener la certificación hay que trabajar más”, explicó el ejecutivo y mencionó como ejemplos mejoras en la iluminación y salidas adicionales en caso de incendio.

“Tener es una cosa, pero tener siempre es otra. Hay que lograr el hábito”, resumió Gilberto Stocche, Chief Marketing Officer de Tavex, para ilustrar el desafío cultural que significa el trabajo con muchos de los talleres y licenciatarios, que tuvieron entrevistas personales con los auditores para chequear temas de lo más variados como la discriminación o el ambiente laboral.

Claro que hubo talleres que decidieron no sumarse a la certificación y quedaron fuera de la cadena. “No se animaron a asumir el compromiso de certificar y mantener la exigencia”, reconoció Raddavero, quien agregó que la certificación se renueva anualmente con auditorías al azar. Eso sí, los que quedaron afuera no eran talleres exclusivos de la empresa. Los dos con dedicación exclusiva sí formaron parte del proceso de auditorías y acompañaron a la empresa en este camino.

En onda verde
En materia ambiental, la empresa ya tenía un largo trecho recorrido y ahora trata de difundir estos principios entre sus clientes y proveedores. “La actitud ambiental de la empresa no sólo se ve en las certificaciones, sino también en los productos”, reconoció Stocche. Ombú, al igual que otras marcas de la corporación Tavex, utiliza por ejemplo una silicona natural, proveniente del fruto cupaçu que se cultiva de manera sustentable por un grupo indígena en la Amazonia y reemplaza la derivada del petróleo.

“Uno de los objetivos cuando arrancamos el camino de la certificación fue tratar de mostrar al mercado que el cambio es posible, pese al entorno y las condiciones del sector”, recordó Raddavero. “Queremos inspirar a todo el segmento”, finalizó Stocche.

Deja un comentario
Artículo Anterior

Los porteños le dicen adiós a las bolsas gratuitas de los súper

Artículo Posterior

Nace la Coalición Empresarial Global contra la Trata de Personas

Total
0
Share