“Hay una gran naturalizacion del insulto, de la violencia, del miedo”


Así lo reveló en esta entrevista radial Eduardo Otero, Director de Investigaciones de la Consultora Nodos, mientras repasamos los resultados de la primera “Encuesta Latinoamericana sobre diversidad sexual, acoso y discriminación en el ámbito laboral”.


En el marco del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ y con el fin de visibilizar la discriminación para cambiar realidades, la Consultora Nodos y una red de aliados presentaron los resultados de la primera “Encuesta Latinoamericana sobre diversidad sexual, acoso y discriminación en el ámbito laboral”. El objetivo fue contar con datos sobre el maltrato en el empleo que viven personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex, queer y de otras identidades sexuales no hegemónicas (LGBTIQ+).

En Argentina, la consultora realizó un primer ejercicio en 2019 para caracterizar estas vivencias en el trabajo en la población LGBTIQ+. “Desde el área de investigación empezamos a generar conocimiento que pueda ser socializado y conocido”, contó Eduardo Otero, Director de Investigaciones de la Consultora Nodos. En aquel entonces, el 50% de los entrevistados había sido víctima de bromas y comentarios negativos, mientras que un 30% había sufrido experiencias de violencia o acoso.

“Hay una gran apertura, pero casi 4 de 10 sufrieron algún tipo de discriminación en el último año en el mundo laboral”, aseguró Otero.

Para este 2020 decidieron ir más lejos: ampliar el número de países, e invitar a organizaciones socias a realizar este mismo ejercicio. El mismo fue llevado adelante junto Integra Diversidade de Brasil, Sentiido de Colombia, Nodos México y MSN Consultorías de Uruguay, con el apoyo de con el apoyo de la Oficina Regional de America Latina y el Caribe de ONUSIDA, y fue acompañado por 35 organizaciones de toda la región.

La encuesta fue respondida por 1.584 personas de México, Colombia, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Centroamérica y el Caribe (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Cuba, República Dominicana) y Sudamérica (Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela).

Los principales resultados

“Hay una gran apertura pero casi 4 de 10 sufrieron algún tipo de discriminación en el último año en el mundo laboral”, aseguró Otero. La encuesta revela que un 37,2% de las personas que conforman la muestra afirma haber padecido en el último año situaciones de acoso, violencia y/o discriminación por su orientación sexual y/o identidad de género.

“Un 37,2% de las personas afirma haber padecido situaciones de acoso, violencia y/o discriminación por su orientación sexual y/o identidad de género. Pero cuando se les preguntó sobre un listado de experiencias concretas, el número se disparó a 74%. “Esta diferencia tiene que ver justamente con la naturalización”, remarcó Otero.

Pero cuando se les preguntó sobre un listado de experiencias concretas durante los últimos 12 meses, el número se disparó. “El 74% de las personas reconoce haber sido víctima de algún tipo de discriminación. Esta diferencia entre estos dos números tiene que ver justamente con la naturalización”, remarcó Otero.

Principales resultados de la región

-37,2% de las personas padeció en el último año situaciones de acoso, violencia y/o discriminación

-74% reconoció haber sido víctima de algún tipo de discriminación, a partir de una lista de experiencias concretas

-86,3% no realizó la denuncia

-68% salió del closet o se visibilizó en la empresa

-35% refirió que sus espacios laborales cuentan con políticas o programas en esta temática

-25% se siente representado por estas políticas

Y es que muchas veces, la discriminación y la violencia se velan bajo patrones de trato y conducta normalizados y la naturalización de estereotipos. “Cuando está tan naturalizado, no se reconoce la violencia como violencia”, explicó el experto.

No son solo golpes o insultos, se da también en forma de “bromas”, trato desigual en la carrera y despidos. Así, el 70,6% de los encuestados sufrió el año pasado de Violencia simbólica, el 34,8% Violencia institucional (desarrollo de carrera, etc.), un 18,5% Violencia sexual, un 13,9% Acoso y un 4,5% Violencia física. “La naturalización de la violencia es algo que debemos combatir y trabajar más”, insistió el director de investigaciones.

¿Y quiénes son los responsables? “Nosotros encontramos que las personas que mayormente ejercen la violencia son los pares del mismo equipo y los que tienen cargos superiores. Y tanto varones como mujeres ejercen situaciones de acoso discriminación y violencia”, detalló Otero.

Del otro lado, el sufrimiento de las víctimas muchas veces es silencioso. Se encontró que el 86,3% no realizó la denuncia, y cuando se indagó por qué, se apuntaron tres causas: la persona no consideró relevante efectivizar la denuncia; no hay confianza en el mecanismo que la organización dispone; o por temor a represalias o consecuencias negativas para los denunciantes.

En paralelo, muchas organizaciones están trabajando en políticas de inclusión y diversidad con foco en la población LGTBIQ+. El 35% de los encuestados refirieron que sus espacios laborales cuentan con políticas o programas en esta temática, pero solo el 25% se siente representado por ellas.

“Nosotros encontramos que las personas que mayormente ejercen la violencia son los pares del mismo equipo y los que tienen cargos superiores. Y tanto varones como mujeres ejercen situaciones de acoso discriminación y violencia”, detalló Otero.

En este contexto, todas las poblaciones padecen, pero en sociedades machistas como las nuestras, algunas tienen un camino más complicado que otras. “La población Trans sigue siendo la que mayor discriminación y acoso sufre dentro de las empresas y la que menor discriminación recibe son los gays”, comparó el analista.

El complejo bagaje personal de cada uno, cargado de prejuicios y desinformación, hace que el cambio sea difícil. “Todavía hay mucho desconocimiento que es culturalmente informado. Es difícil comprender que hay una enorme diversidad dentro de la diversidad”, apuntó Otero. Contar con datos resulta fundamental para combatir esto, y en el cuestionario incorporaron también otros tipos de diversidad como discapacidad y pueblos originarios.

En términos regionales, el avance se da en distintos niveles. “Argentina, Uruguay y Brasil son los países donde hay un poco menos de discriminación, pero de todas formas existe igual”, reveló al entrevistado.

Argentina es el país con menos discriminación: alcanza el 28% vs el 37.2 de la muestra total

Haciendo zoom en nuestro país, Argentina representó el 11% de la muestra. “Nosotros tenemos que entender que es lo que pasa en nuestro contexto con sus propias particularidades sociales, culturales y económicas”, señaló Otero. Y en nuestro caso, porcentualmente no cambió mucho el acoso laboral en el trabajo del año pasado a éste. Algo que no parece haber cambiado tampoco en los últimos tiempos de aislamiento social: aunque los casos de solidaridad y empatía están a la orden del día, también lo están los de violencia. “Hay una sensación de que el COVID-19 generó más situaciones de discriminación”, expresó el entrevistado, demostrando que hay mucho todavía por recorrer en términos de equidad, igualdad y diversidad sexual.

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