Europa, en busca de una recuperación verde de su economía


En la UE se debaten medidas por más de USD 550.000 millones para salir de la crisis que provoca el coronavirus. En este marco, cada vez más líderes políticos, sociales y corporativos presionan para que la salida tenga a la lucha climática en el centro de su estrategia.

El viejo continente se debate sobre los billones de euros que tendrá que gastar para ponerse de pie después de que pase la cuarentena y se terminen de sentir las consecuencias que el virus COVID-19 ha tenido en sus sociedades. En las últimas semanas, cada vez más líderes y sectores sociales de la Unión Europea están presionando para movilizar la inversión en proyectos que los encaminen a cumplir su objetivo de convertirse en el primer continente neutral en clima del mundo a mediados de siglo.

Por un lado, crece el bloque de países miembro que no quieren que esta salida sea a costa de sacrificar la ruta verde de lucha contra el cambio climático que había lanzado la Comisión Europea antes de que la pandemia estallara. A mediados de abril, diez ministros de medio ambiente y clima europeos ―entre ellos la vicepresidenta española Teresa Ribera― firmaron una carta abierta para reclamar a Bruselas que use el Green Deal como herramienta de recuperación de la economía, además de otros estándares y políticas sectoriales.

“El Pacto Verde europeo debe estar en el centro de nuestro arduo trabajo para recuperar una economía europea resistente”, señaló la Ministra alemana de Ambiente Svenja Schulze.

El Pacto Verde Europeo

Actualmente en fase de desarrollo, el Green Deal fue el caballo de batalla de la nueva Comisión Europea. En diciembre del año pasado, el Ejecutivo comunitario aprobó el denominado Pacto Verde Europeo. La fórmula es una hoja de ruta, que de cumplirse, transformaría el modo en que los gobiernos, empresas y ciudadanos interactúan con el medio ambiente en torno a diez ejes. En su centro está llegar a las cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050, como muy tarde.

Con este plan, el bloque busca dejar atrás un patrón de crecimiento económico que considera insostenible y obsoleto. Para lograr su ambicioso cometido, junto a la drástica reducción de emisiones contaminantes, contempla medidas como favorecer las energías renovables, la movilidad eléctrica y el reciclaje; la mejora de la calidad del aire y del agua; la lucha contra la deforestación; la renovación de edificios poco eficientes o la disminución del uso de fertilizantes y pesticidas químicos.

Impulsada desde el Gobierno de Dinamarca, al principio fue firmada por Austria, España, Finlandia, Italia, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Suecia. Pero no tardó en tener la adhesión de Grecia y de las dos principales economías comunitarias, Francia y Alemania, con lo que el mensaje se fortaleció. “El Pacto Verde europeo debe estar en el centro de nuestro arduo trabajo para recuperar una economía europea resistente”, señaló la Ministra alemana de Ambiente Svenja Schulze.

Una alianza para una Recuperación Verde
Pocos días después, el momentum ambiental tomó mayor fuerza con el lanzamiento de una nueva alianza de 180 funcionarios, directores ejecutivos y actores sociales que también insta a la Unión Europea a construir su paquete de recuperación después de la crisis del coronavirus en torno a la estrategia de crecimiento sostenible del Green Deal. Como brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea espera que el contagio en expansión provoque una profunda recesión este año y se debaten medidas por más de USD 550.000 millones para ayudar a mitigar el impacto económico de la pandemia.

Así, el plan de recuperación debe consagrar la lucha contra el cambio climático como "el núcleo de la estrategia económica", apuntaron los miembros en su carta abierta. Bajo el nombre de Green Recovery, la coalición llama a aumentar la inversión ecológica en el bloque para desarrollar un nuevo modelo de prosperidad basado en la sostenibilidad, la protección de la biodiversidad y el transformación del sistema agroalimentario de la UE.

Contagiar con el ejemplo

Aunque la cumbre anual sobre cambio climático COP26 planeada para noviembre en Escocia puede haberse pospuesto, los voceros medioambientales europeos buscan contagiar al resto de los jugadores con el ejemplo. "Deberíamos resistir las tentaciones de soluciones a corto plazo en respuesta a la crisis actual que corre el riesgo de encerrar a la UE en una economía de combustibles fósiles en las próximas décadas", remarcaron los ministros en su carta conjunta.

En ese sentido, la Comisión está en camino de presentar para septiembre de 2020 un plan para elevar las ambiciones de la UE para 2030 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 50% y un 55%, en comparación con los niveles de 1990. Pero fuera de Europa varias potencias, como China o Estados Unidos, están lanzando señales preocupantes en la lucha climática al abrir la posibilidad de relegar las políticas medioambientales durante la crisis sanitaria o para reactivar sus economías.

Y dentro de la propia UE, los estados que históricamente se han mostrado más reacios a aplicar las medidas duras también han empezado a lanzar algunas ideas en esa línea. Polonia, por ejemplo, ha pedido que se suspenda el sistema de comercio de derechos de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés) por la pandemia. Este sistema, que obliga a alrededor de 11.000 industrias europeas a pagar por sus emisiones de gases de efecto invernadero, ha permitido que muchos países estén dejando atrás el carbón por los elevados costos que tienen que afrontar las plantas que se valen de combustibles fósiles.

Liderada por Pascal Canfin, Eurodiputado francés y Presidente del Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, la iniciativa fue secundada por 37 directores generales, 28 asociaciones empresariales que representan a diez sectores diferentes, una confederación sindical que representa a miembros de 90 organizaciones sindicales nacionales, 10 federaciones sindicales, 7 ONG y 6 think tanks. "Si relanzamos la economía en la dirección equivocada, nos golpearemos contra el muro de la crisis climática. Necesitamos unir todas las energías para una recuperación verde", exhortó Canfin.

"Si relanzamos la economía en la dirección equivocada, nos golpearemos contra el muro de la crisis climática. Necesitamos unir todas las energías para una recuperación verde", exhortó Canfin.

Los grandes nombres del sector privado que firmaron la apelación incluyen a los CEO de Danone, H&M, Iberdrola, Ikea, L'Óreal, Unilever y Volvo. Pero además de buscar aliados regionales, abogan por una "alianza mundial" de políticos, tomadores de decisiones, líderes empresariales, sindicatos y grupos de la sociedad civil para apoyar una transición verde después de la pandemia.

Para sumar adeptos, la coalición destaca que no se trata de reconstruir una economía completa desde cero. En los últimos diez años se han desarrollado ampliamente nuevas tecnologías como las energías renovables, la movilidad sin emisiones, la agroecología y la eficiencia energética que han reducido el costo de la transición ecológica. Desde el comunicado resaltan, por ejemplo que en 2009, todavía no se había demostrado la rentabilidad de la renovación de edificios, los automóviles con cero emisiones eran solo prototipos, mientras que las turbinas eólicas costaban tres veces más que hoy y las solares eran siete veces más caras.

En paralelo, los firmantes se comprometen a ofrecer las soluciones de inversión necesarias, alineadas con los compromisos climáticos, para revivir la economía después de la crisis. "El amplio apoyo a esta declaración muestra claramente que la respuesta de Europa a la crisis de COVID-19 debe ponernos firmemente en el camino hacia una economía verdaderamente sostenible, neutral al clima y justa, por el bien del medio ambiente, pero también para construir una mayor resiliencia de nuestras sociedades y nuestra economía", apuntó Ester Asin Martinez, Directora de la Oficina de Política Europea de WWF, que se encuentra entre los firmantes.

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