Leña de orujo, la apuesta de CCU Argentina por la economía circular


Juan Pablo Barrale, Gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina, comparte con nosotros los detalles de esta iniciativa que busca aprovechar el desecho que queda tras la molienda de la manzana en la elaboración de sidra.


En el marco del plan corporativo "Residuo Cero" y en plena onda circular, desde CCU Argentina se propusieron darle un uso útil al orujo de manzana que utilizan para elaborar las sidras Real y Sáenz Briones 1888. "De la molienda de la manzana queda el orujo -que es el desecho que no se usa-, y empezamos a trabajar para ver cómo podíamos convertirlo en leña", explicó en esta entrevista radial Juan Pablo Barrale, Gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.

"De la molienda de la manzana queda el orujo -que es el desecho que no se usa-, y empezamos a trabajar para ver cómo podíamos convertirlo en leña", explicó en esta entrevista radial Juan Pablo Barrale, Gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.

Esta inquietud los llevó a Damasco, una consultora especializada en soluciones ambientales y de sustentabilidad, para analizar posibles usos del recurso. Una de las propuestas proponía convocar a BIOT, un emprendimiento de una pareja de Neuquén con experiencia en la producción de pan de orujo de fruta. BIOT sabía que -una vez seco- ese “pan” se podía usar para prender fuego de forma limpia, sin olor y que además poseía gran poder calórico.

Pero la articulación no terminó ahí: se acercaron al Municipio de Allen con el plan de reconversión y economía circular con un fin social y el organismo público respondió con la disposición de un predio para almacenar y secar el orujo. Una exitosa prueba piloto con 20 familias durante el invierno de 2018 llevó a la Municipalidad a encargar leños de orujo para abastecer a las poblaciones vulnerables durante este invierno.

Ante este pedido, la iniciativa se valió del trabajo conjunto: CCU donó el orujo y lo trasladó al predio, mientras que Biot y Damasco se encargaron de su transformación y empaque. Así, en junio de este año se entregaron los primeros 18.000 kilos de leños en bolsas de 20 kilos al gobierno local, encargado de repartir el sustituto de la leña a las familias sin gas. "Se trabaja para que la comunidad tenga acceso a esta leña", apuntó Barrale.

La fuerza sustentable del orujo

  • Su poder energético (4254 Kcal/Kg) es similar a la leña de algarrobo o piquillín.
  • Es un biocombustible 100% natural que genera energía no contaminante fabricado a partir de un subproducto de la industria de la sidra, sin conservantes, químicos ni aditivos.
  • No emite humo tóxico ni olores.
  • Contiene menos de un 10% de humedad.
  • Se seca al sol, sin intervención de otras energías.
  • Aproximadamente 350 Kg de leño de orujo equivalen a la leña que se genera al talar un árbol.
  • Aproximadamente 1000 kg de leño de orujo equivalen a 45 garrafas de 10 kg.
  • Es 30% más barato que la leña (costo de producción, embalaje y logística).
  • Es 20% más barato que la garrafa de gas envasado para lograr las mismas calorías.

El orujo resultó una alternativa competitiva frente a la leña, no solo en cuanto a precio, sino también gracias a su poder calórico y de encendido mayor: los 20.000 kilos de leño de orujo son el equivalente aproximado a 810 garrafas de 10 kg y evitaron la tala de aproximadamente 100 árboles.

Con la implementación de este programa, por primera vez en nuestro país, un Municipio logra reemplazar la leña de árbol para abastecer a familias sin gas invirtiendo menos de lo que se gasta en madera al tiempo que participa de un proyecto de innovación y aprovechamiento de un insumo fruto de la industria de la manzana que se genera en el mismo municipio.

"Tenemos que pensar de qué forma le damos un poquito más de escala", apuntó Barrale.

Ahora, la idea es ir por más. "Queremos que empiece a formar parte de nuestros procesos habituales de producción de sidra", señaló el entrevistado. Durante la primavera de 2019 se producirán leños de orujo de la industria de la sidra para abastecer la demanda de calor del invierno 2020.

De esta forma, el proyecto logra completar un primer ciclo que se propuso ver la factibilidad en la generación de materia prima, producción, embalaje, entrega y consumo generando calor, trabajo, oportunidades para la economía circular y colaborativa, ahorros, reducción de impacto ambiental y mejor calidad de vida para la comunidad de Allen."Tenemos que pensar de qué forma le damos un poquito más de escala", apuntó Barrale.

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