El progreso global hacia una economía circular de plásticos


Un grupo de empresas y gobiernos dieron cuenta del avance en la materia durante la reciente Reunión Anual del Foro Económico Mundial, celebrada en Davos del 22 al 25 de enero.

Representantes de gobiernos y empresas que están trabajando activamente en todo el mundo para crear una economía circular para los plásticos aprovecharon el escenario de Davos 2019 para informar sobre el progreso que se ha dado en la temática y poner el foco en los desafíos que quedan por delante.

Entre los anuncios, la Global Alliance comprometió USD 1.000 millones para combatir los residuos de plástico y se está centrando en implementar soluciones completas que los gobiernos y las ciudades puedan implementar. "Tomará medidas colectivas", adelantó James Quincey, Director Ejecutivo de The Coca-Cola Company.

La solución está en muchas manos entrelazadas
Para las compañías de bebidas, el principal problema es el uso y empaque del agua. Es por eso que se embarcan en diferentes alternativas. Pero más allá de estas medidas individuales, en Davos se reveló como urgente la acción de otras partes.

En este sentido, el mandato europeo para que las empresas de bebidas recolecten el 90% de todos los envases de plástico de un solo uso para el 2025 ha dado urgencia a las acciones corporativas.

Claro que el panorama es diferente en cada contexto. De hecho, el problema de la contaminación plástica es más grave en los países en desarrollo donde no hay infraestructura para la gestión de residuos y el reciclaje científico.

Pero tener menos recursos no equivale a quedarse de brazos cruzados. Al presentar la perspectiva de los países en desarrollo, Trang Hong Ha, Ministro de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Viet Nam, dijo que su país está listo para implementar una estrategia para la gestión de residuos sólidos, que incluirá elementos disuasivos liderados por los impuestos, un freno a toda importación de plástico chatarra, apoyo gubernamental y financiamiento para proyectos de reciclaje, nuevos estándares para el tratamiento de residuos, intercambio de conocimientos con organizaciones de investigación y empresas y cooperación global.

"Se trata de poner un valor a los residuos plásticos, que en la actualidad la gente piensa que tiene un valor cero", apuntó Jim Fitterling, Director Ejecutivo de The Dow Chemical Company.

"Se trata de poner un valor a los residuos plásticos, que en la actualidad la gente piensa que tiene un valor cero", apuntó Jim Fitterling, Director Ejecutivo de The Dow Chemical Company.

El poder de las marcas
Así, del otro lado de la cadena de valor, radica un aliado clavo: el consumidor. Es por eso que durante la cumbre se subrayó que la estrategia debe incluir dar un valor a cada botella e incentivar al consumidor para que la devuelva. Aunque innovación lo hará aún más eficiente, ya se han registrado casos de éxitos con la actual tecnología, como en México y Sudáfrica, donde el reciclaje ha pasado del 10% al 70% en una década.

Los consumidores están cada vez más preocupados por el problema de los plásticos, y algunos están dispuestos a pagar por soluciones más ecológicas. Pero esto no es cierto para todos los consumidores.

En este aspecto, la educación juega un papel crucial. Durante la cumbre revelaron que en Suiza, por ejemplo, los niños se forman acerca del reciclaje desde el primer año de clases, mientras que en Estados Unidos o España, por ejemplo, no lo hacen.

Las marcas pueden desempeñar un papel en la educación de los consumidores. En muchos sentidos, están por delante de la demanda. Es por eso que cuando la demanda se vuelva lo suficientemente grande, ya tendrán soluciones listas.

Además, en términos generales, las marcas que tienen un propósito, que muestran un impacto en la sociedad, crecen más rápido, por lo que hay un claro incentivo para moverse a ese espacio.

Pasando de actores a procesos, otra arista implica el frente tecnológico, donde la innovación está teniendo lugar a lo largo de varios vectores: tecnologías que ayudan a convertir el PET sucio en PET limpio y reutilizable; materiales con funcionalidad que pueden transportar bebidas pero son biodegradables; y nuevos modelos de negocios que, por ejemplo, dan a los consumidores la opción de crear sus propias bebidas.

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