¿Qué saldo dejó la COP22?


Con el 2016 en vías de ser el año más caluroso del que se tiene registro, la presión por resultados fue mayor. Durante la cumbre, mientras que los países en desarrollo pregonaron con el ejemplo, como Argentina, Estados Unidos generó incertidumbre.

En el marco de la 22ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 22), 196 países se dieron cita para dar inicio a un trabajo muy complicado y políticamente complejo: poner en práctica el Acuerdo de París.

"Lo que una vez fue impensable, hoy es imparable", disparó Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas.

Durante esas dos semanas se discutieron una amplia variedad de temas, entre los que destacaron la implementación, la movilización del financiamiento necesario, la ambición en la lucha y las reglas de transparencia para la rendición de cuentas.

Pero, ¿cuál ha sido el balance? Lejos de ser la COP de la acción que se esperaba, la opinión generalizada es que Marrakesh fue una cumbre con pocos avances concretos. Si bien siguió sumando en la lucha común contra el cambio climático y la transición hacia la descarbonización de la economía, la principal crítica de diferentes expertos fue que no se hizo lo suficiente ni al ritmo y proporciones adecuadas.

Un consenso con trabas

Un inicio poco alentador

Los inicios de la reunión internacional se vieron marcados por la noticia de que el 2016 va camino a convertirse en el año más cálido desde que se tienen registros. Así lo determinó el informe de la agencia de la ONU para el clima, la World Meteorological Organization (WMO). Tras repasar los datos de los nueve primeros meses, hay un 90% de posibilidades de que se supere a 2015, batiendo un nuevo récord por tercer año consecutivo.

El aumento de la temperatura será de 1,2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Y con este mala nueva, las naciones se dieron de lleno a la tarea.

Durante la primera semana de la COP22, se realizaron numerosos Side Events que versaron sobre Adaptación basada en la comunidad, Reducción de riesgos de desastres y resiliencia, Adaptación al cambio climático y salud, Planes de adaptación nacional, Migración inducida por el cambio climático y Rol del conocimiento tradicional en la adaptación al cambio climático.

La mitigación y la adaptación también estuvieron a la orden del día con diversos encuentros que evaluaron caminos como Construcción resiliente, Financiamiento de proyectos, Diversificación económica y Gestión de residuos.

Por su parte, una serie de Special Action Days junto con otros eventos se enfocaron en temáticas puntuales como Montañas, Océanos, Energía y Transporte.

Como era de esperarse en pleno siglo XXI, la tecnología fue un tema abordado desde diferentes puntos. De hecho, varios ítems de la agenda tuvieron que ver con la Construcción de capacidad y Desarrollo y transferencia tecnológica. La cuestión también se trató en muchos eventos paralelos como el referido a la implementación de los Planes de Acción Tecnológica y el rol de la tecnología en la implementación del acuerdo.

A lo largo de la segunda semana, la presión se puso en que las partes progresen en una serie de cuestiones relacionadas a la adaptación y pérdidas y daños.

Así, tras doce días de intenso trabajo, los líderes finalmente adoptaron la Declaración de Marrakesh y se comprometieron a fijar para 2018 las reglas para la implementación efectiva del Acuerdo de 2015. En este sentido, se comprometieron a mostrar los avances en la COP23, que se celebrará en la ciudad alemana de Bonn, que será organizada por el gobierno de Fiji, y a generar resultados en la COP24 de Polonia.

Sin embargo, el texto final se encontró con trabas ya que algunos países eran reacios a dejar claro ese calendario y buscaron posponer la decisión a 2017. Se trató en su mayoría de países con intereses petroleros muy fuertes que preferían esperar a ver qué rumbo tomará el presidente electo Donald Trump.

El documento también se vio sometido a discusiones en torno a la financiación. Y es que al igual que en todas las cumbres que se celebran hace más de dos décadas, la pregunta suele ser la misma: ¿cuánto y cómo deben pagar los gobiernos desarrollados a los estados en desarrollo que sufren los efectos de un calentamiento desencadenado por los más ricos?

El Acuerdo de París establecía la obligación de que para el 2020 se deben destinar US$ 100.000 millones anuales a tareas de mitigación y adaptación, aportados principalmente por las naciones desarrolladas. La OCDE sostiene que ya hay compromisos por valor de US$70.000 millones.

La discusión ahora se centra en saber a través de qué instrumentos se canalizará ese dinero. Con el Protocolo de Kioto se creó el Fondo de Adaptación, herramienta por la que apostaban los países en desarrollo, entre otras cosas, porque es mucho más ágil que otros al tratarse de ayudas entre estados sin intermediarios. Con este espíritu, el texto final de Marrakech recogió su continuidad.

Y es que varios de los avances vinieron de la mano de los estados en desarrollo. Así también fue el caso del Climate Vulnerable Forum (CVF). La agrupación reúne a 52 países considerados los más vulnerables ante los efectos del cambio climático. Sus responsables dieron en Marrakech una lección al resto de la comunidad internacional al comprometerse a asumir medidas que les lleven a basar su energía 100% en renovables o reducir emisiones de carbono entre 2025 y 2050.

Entre los grandes hitos que se dieron en el encuentro, también se consiguió la ratificación de doce países más: Australia, Botswana, Burkina Faso, Djibouti, Finlandia, Gambia, Israel, Italia, Japón, Malasia, Pakistán y Reino Unido. De esta manera, ya son un total de 113, responsables por el 80% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Otra iniciativa positiva presentada fue el lanzamiento de la Plataforma de Sendas 2050. En ella, diversos países y ciudades de todo el mundo se han comprometido a preparar estrategias de descarbonización con la meta temporal de 2050.

Una Argentina que pisó fuerte
Por su parte, Argentina también uvo un rol protagónico en la cumbre. Sergio Bergman, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, forma parte de la delegación oficial que integran también otros ministerios.

En este sentido, participó con voz y voto en la primera Reunión de las Partes del Acuerdo de París (CMA1), el órgano de gobierno del acuerdo ya vigente que supervisará y promoverá su implementación. Se trata de una instancia en la que solamente pueden participar aquellos países que hayan ratificado el acuerdo 30 días antes.

Por otro lado, en el Segmento de Alto Nivel, Bergman destacó los avances en la lucha contra el cambio climático logrados en el país en el último año. Los mismos en gran parte se enmarcan en iniciativas como la creación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y del Gabinete Nacional de Cambio Climático. “Expresan la decisión de la Argentina de ser protagonista en las discusiones ambientales al más alto nivel global, entendiendo que en esta, nuestra casa común, estamos todos incluidos y nuestras acciones tienen impacto sobre ella”, expresó al respecto.

En base a este progreso, el funcionario aprovechó la ocasión para adelantar medidas futuras. “Seguimos trabajando con un plan cada vez más ambicioso y eso nos va a obligar, en el seno del Gabinete Nacional de Cambio Climático, a poder plantear objetivos superadores como lo van a ser deforestación cero, la recuperación de tierras degradadas, el transporte público bajo en emisiones y un cambio muy profundo en la matriz energética.

Así, con el financiamiento que también venimos a buscar para estas políticas, seguiremos aumentando nuestra ambición y nuestro desarrollo”, resumió.
El fin es hacer posible la nueva meta de la Argentina de no superar las 483 millones de toneladas de dióxido de carbono en término de emisiones. Para ello, existen además proyectos como la creación de un Sistema Nacional de Inventarios, que garantice la coherencia entre las emisiones notificadas y los resultados obtenidos. "Lo que no se mide no se puede contabilizar, por lo tanto no se puede seguir y es solamente una aspiración”, disparó el político.

Con este espíritu, subrayó la necesidad de avanzar en la implementación del pacto. “Somos el primer país que revisa su contribución y la viene a presentar. Este índice revisado que ahora traemos tiene bases sólidas y permite continuar un proceso con mayor ambición para lograr los objetivos”, agregó el funcionario.

Así, además de destacarse durante el Side Event sobre el proceso de implementación de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas en países en vías de desarrollo Bergman también participó de un evento exclusivo de Argentina junto a Carlos Gentile, Subsecretario de Cambio Climático, y Soledad Aguilar, Directora Nacional de Cambio Climático. En el mismo se presentó la Contribución Nacionalmente Determinada revisada, y se expusieron detalles de la revisión y del trabajo realizado a lo largo del año por el Gabinete de Cambio Climático.

La interrogante americana
Pero así como países como el nuestro despertaron entusiasmo, otros fueron foco de dudas. Con el triunfo de Donald Trump, se abrió un gran interrogante sobre las políticas económicas, exteriores, y también ambientales de la potencia norteamericana. Como segundo emisor a nivel global, el papel de Estados Unidos es crucial en las negociaciones y en conseguir empujar una acción global coordinada. Conocido por su negación sobre el cambio climático, Trump quedó en la mira del resto de los líderes.

“Estados Unidos es la primera potencia económica y el segundo país en emisiones de gases de efecto invernadero. Tiene que respetar los compromisos adquiridos”, advirtió François Gérard Georges Hollande, su par francés.

Y es que el nuevo presidente estadounidense ha tildado a la problemática ambiental como un concepto creado por China para bajar la competitividad de la fabricación en Estados Unidos. En esta misma línea, tuiteó que todos los eventos climáticos son utilizados por los mentirosos climáticos para justificar mayores impuestos.

“Da igual de qué país seas líder, tenés que estar alineado con las tendencias mundiales de desarrollo. El progreso del país se verá afectado si no lo haces”, arremetió Xie Zhenhua, Director de la Administración Estatal de Protección del Medio Ambiente en China .
Con el 2016 como el año más caluroso que se haya registrado, de acuerdo al informe de la WMO, hasta Ban Ki-moon exhortó el cambio de visión de Trump. "Estoy seguro de que tomará una decisión sabia y rápida", confió el secretario general.

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