El Acuerdo de París entró en vigor


75 países ya aprobaron el documento. De esta forma, se supera el doble umbral que exigía un mínimo de 55 estados responsables por el 55% de las emisiones totales para que se vuelva vinculante.

Los gobiernos del mundo marcaron un acontecimiento histórico en la lucha contra el cambio climático al sumar un total de 75 países responsables por más del 58% de las emisiones globales que ratificaron el Acuerdo de París, superando los umbrales para hacerlo efectivo: : un mínimo de 55 países, representantes del 55% de los gases globales.

Tras la adhesión de once nuevas partes, entre las que se cuenta la Unión Europea (UE) que depositaron sus instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión al Acuerdo de París, el documento regirá a partir del 4 de noviembre.

"El momentum global para que el Acuerdo de París entrara en vigor este 2016 ha sido excepcional. Lo que una vez pareció impensable, hoy es imparable. El fuerte apoyo internacional para que entre en vigor es testamento de la urgencia para la acción y refleja el consenso de los gobiernos de que la cooperación robusta global es necesaria para abordar el cambio climático", expresó Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas.

Además de la UE, la lista de estados incluyó a Austria, Bolivia, Canadá, Francia, Alemania, Hungría, Malta, Nepal, Portugal y Eslovaquia. Destinado a sustituir al Protocolo de Kioto, el texto tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2° C con respecto de los niveles preindustriales.

“La entrada en vigor del Acuerdo de París es mucho más de un paso en el camino. Es un logro político extraordinario que ha abierto la puerta a un cambio fundamental en la manera en la que el mundo percibe y se prepara para actuar frente al cambio climático mediante acciones más contundentes a todos los niveles de los gobiernos, las empresas, el mundo de la inversión y la sociedad civil”, disparó Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

La rapidez que tuvo este proceso también resulta un hito, en especial si se lo compara con su antecesor de Kioto que se demoró ocho años para entrar en vigor."El compromiso internacional va en línea con la espiralada ambición que se profundizó hace dos años para alcanzar este acuerdo", explicó Enrique Maurtua Konstantinidis, Director de Cambio Climático de FARN.

Consecuencias a gran escala
La formalización del pacto trae aparejadas una serie de consecuencias, entre las que se cuenta el lanzamiento de su cuerpo de gobernanza , la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Acuerdo de París (CMA). La misma, se reunirá por primera vez en la COP 22 de Marruecos.

"Con la temprana entrada en vigor, todos los países miembros deberán planificar muy seriamente sus planes de desarrollo para que se alineen con un mundo libre de emisiones. En el caso argentino significa abandonar progresivamente el uso de combustibles fósiles, las falsas soluciones como la construcción de grandes represas y la energía nuclear. En su lugar el camino de la sustentabilidad debe basarse en el desarrollo de energías renovables, cero deforestación y prácticas agrícolas ambientalmente responsables", detalló Maurtua Konstantinidis.

Otro de los efectos será la transformación de las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional (INDC) en contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC). Además, en cualquier momento, los países podrán revisar sus planes para aumentar su nivel de ambición. Y es que un elemento clave del documento es que estas revisiones solo pueden hacerse en calidad de alza, nunca para introducir objetivos menos ambiciosos.

"Urjo a todos los gobiernos y todos los sectores a implementar el acuerdo en su totalidad y que lleven adelante acciones urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fortalezcan la resiliencia climática y apoyen a los más vulnerables en la adaptación a los impactos climáticos inevitables", exhortó Ban.

Para asistir para hacerlo en modo efectivo, otra etapa clave será la de concluir con éxito las negociaciones de elaboración del reglamento para la implementación. El mismo se convertirá en un modelo a escala global para reportar y rendir cuentas de las medidas climáticas y hará posible la implementación completa, estableciendo los requisitos concretos para que los países y otros actores informen de manera abierta y contabilicen sus acciones a favor del clima.

Igual de importante será la movilización real de los US$ 100.000 millones que los países desarrollados prometieron a las naciones en desarrollo para el 2020. En esta misma línea, desde la CMNUCC esperan inversiones mayores por parte de inversionistas, bancos y el sector privado. El objetivo es lograr la cifra de entre US$ 5 billones y US$ 7 billones que se necesita para hacer posible la transformación a nivel mundial.

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