FARN presentó su Informe Ambiental 2016


El documento profundiza el análisis de la situación ambiental a nivel local y en la región. Cambio climático, áreas protegidas y actividad minera, energética y agrícola, entre las claves.

Bajo la consigna "¿Cómo fortalecer la agenda ambiental en un contexto de crisis económica?", la octava edición del Informe Ambiental de FARN se presentó acompañada por especialistas nacionales e internacionales y más de 300 personas interesadas. Con más de treinta artículos, se pusieron en agenda los temas que más se movilizaron en clave verde, como así también los grandes pendientes.

"El informe viene siendo producido desde 2009 y se ha convertido en un insumo interesante para la política ambiental argentina. Es por eso que tratamos de meter todos los temas de importancia de la agenda ambiental del año", comentó Ana Di Pangracio, Directora Ejecutiva Adjunta de FARN. Entre los destacados, resaltaron cambio climático, áreas protegidas y actividad minera, energética y agrícola.

“Esta presentación es una oportunidad para realizar un balance de los aspectos que consideramos más destacados. 2015 fue un año en el que se produjeron hechos muy relevantes en el plano internacional como la publicación de la Encíclica “Laudato Si”, impulsada por el Papa Francisco, y la firma del acuerdo sobre cambio climático de París. De igual forma, a nivel nacional, la creación de Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS) significa un paso significativo desde el punto de vista institucional que coloca a la Argentina en igual situación a lo que sucede en la mayor parte de los países de América Latina y el Caribe”, expresó Andrés Nápoli, Director Ejecutivo de FARN.

La creación del gabinete ha dado un nuevo énfasis en la cuestión, con la posibilidad de abordar los temas ecológicos en la misma mesa con los distintos ministerios que tienen un impacto en nuestro entorno. Sin embargo, desde la institución resaltan que se vuelve crucial pasar el umbral del simple anuncio y ver el verdadero margen de incidencia en las decisiones. "Más allá de la designación, para que no sea meramente maquillaje, se tienen que ver medidas en el terreno, con acciones concretas", resaltó la experta.

"La reforma institucional ambiental no puede ser tomada como un fin en sí mismo. La creación del ministerio recién podrá cobrar un real significado en la medida en que las acciones impulsadas y desarrolladas desde el flamante organismo logren fortalecer la agenda ambiental, hasta transformarla en una protagonista activa de los temas que preocupan de gran manera a la ciudadanía y que se han visto largamente postergados", completó Nápoli.

En lo que hizo al Acuerdo de París como pináculo de un proceso internacional complejo y multisectorial, desde FARN recalcaron el papel que jugó Argentina y la tibieza que tuvo en su momento. Con las promesas de la nueva gestión de una revisión más ambiciosa en la que resuena la inversión en renovables, la organización se encuentra a la expectativa de un planteamiento más participativo. "Ahora queda que se pueda mejorar sobre ese trabajo que se hizo, agregar las mejoras que correspondan y que Argentina presente metas más ambiciosas", resaltó la vocera.

Los pendientes
Y es que esta urgencia se debe a que todavía existen grandes pendientes. "Las medidas que han habido no han sido favorables para el ambiente", disparó la directora de FARN. Entre ellas, se cuestionan la quita de retenciones a las mineras, la baja de las retenciones al campo, cómo va a impactar la expansión de fronteras agropecuarias en la Ley de bosques, cómo se va a cotejar la cuestión de glaciares con las inversiones mineras o cuándo se llevará adelante el inventario de glaciares que se viene postergando.

Del mismo modo, durante la presentación se insistió sobre el control del impacto de la actividad minera, la regulación de la explotación de los hidrocarburos no convencionales, el saneamiento de las cuencas urbanas (en particular la del Matanza–Riachuelo), el control del impacto ambiental de los agroquímicos, el ordenamiento ambiental del territorio y la efectiva implementación de los mecanismos de gestión ambiental previstos en la Ley Nº 25675.

Si bien se tratan de temáticas que tocan de cerca a cada vez más personas, todavía no se ve una traducción equivalente a los hechos. "La gente se interesa por los temas ambientales, pero después llevarlo a la práctica no es tan sencillo. Las autoridades no dan las chances de llevar adelante prácticas o cuestiones cotidianas como la separación de residuos y espacios donde puedan participar en instancias de toma de decisiones", advirtió Di Pangracio.

Para revertir este panorama, desde la organización también trabajan en la difusión para informar sobre las herramientas que existen y lograr que las decisiones no sean a puertas cerradas, sino con la participación de la población interesada para enriquecer el proceso y sus frutos.

"Es primordial que en momentos en que existen dificultades económicas, las decisiones que hacen al desarrollo no se vacíen del contenido ambiental, ni se generen retrocesos en los estándares de protección de derechos ya reconocidos”, apuntó Nápoli.

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