Knorr abrió sus puertas en Mendoza


La marca presentó su modelo de producción sustentable y mostró su planta de deshidratación, la única de su tipo que posee Unilever en el mundo. El proceso se engloba dentro del Código de Agriucltura Sustentable del grupo.

Con el fin de dar a conocer cómo trata los vegetales que utiliza en sus recetas, Knorr abrió las puertas de la finca modelo Los Almendros y de su planta de deshidratación ubicada en Guaymallén, en la provincia de Mendoza. El sistema implementado busca incrementar el rendimiento y la calidad de las materias primas, evitar el impacto en el medio ambiente y cuidar la biodiversidad. Como paraguas de todo esto, se encuentra el Código de Conducta Agrícola de Unilever y su Plan de Vida Sustentable, en el que uno de los ejes a nivel global es el abastecimiento sustentable del 100% de sus vegetales al 2020.

"En el caso de Knorr es muy relevante porque la esencia, el origen de nuestros productos son vegetales sustentables. Entonces sentimos que tenemos un aporte muy fuerte al plan y un aporte del plan hacia la marca porque nos da esto de poder tener los mejores vegetales con el mejor sabor en nuestros productos", sostuvo Paula López Landívar, Savoury Marketing Director Southern Cone de Unilever.

"Abrir las puertas de nuestra planta de Mendoza nos permitió compartir la experiencia Knorr desde el cultivo de los vegetales hasta su deshidratación y dar a conocer el trabajo artesanal que realizamos en cada etapa, pensando nuestro modelo productivo no sólo como un proceso, sino también como un compromiso con las próximas generaciones”, comentó el ingeniero agrónomo Marcelo Rivara, Jefe de Compras Agrícolas de Unilever.

Cuidado desde la semilla
En este sentido, la trazabilidad de la compañía aborda cada paso. Desde el cultivo sustentable de los 13 vegetales en las fincas de los agricultores asociados, hasta todo el proceso en la planta de deshidratado, donde se lavan, trozan y deshidratan hasta su envasado. Allí los siete hornos industriales sacan el 95% de humedad a vegetales como zapallo, zanahoria, tomate o repollo y los convierten en polvo, escamas o granulado. Queda entonces todo listo para su envío a la planta de Pilar donde se convierten en las clásicas sopas Knorr.

Construida en 1964, es la única planta de su tipo que posee Unilever en el mundo, y abarca no solo el mercado local, sino que exporta a Europa y Brasil. Con 140 colaboradores, entran 15 millones de kilos de vegetales al año que se convierten en 3.600 toneladas de deshidratados en sus diferentes variedades. Entre las fincas que la proveen, Los Almendros con sus 37 hectáreas cultiva cinco tipos.

“Los vegetales reales constituyen un ingrediente fundamental en nuestras recetas, haciéndolas más nutritivas y sabrosas. Este año, además de zanahoria, zapallo, espinaca, albahaca, cebolla, repollo, puerro, espárrago, arveja, papa y batata, incorporamos ajo y tomate, siendo 13 los vegetales que Knorr cultiva de forma sustentable”, detalló López Landívar. Así, los cultivos se realizan respetando el calendario de siembra y los tiempos de la naturaleza, se seleccionan minuciosamente y se procesan de manera artesanal.

Un régimen de conducta
A través de su plan global, Knorr en Argentina se adelantó a la meta y ya se aseguró el origen responsable del 100% de sus vegetales. "El Plan de Sustentabilidad para nosotros es una nueva forma de hacer negocios, de encarar nuestro trabajo del día a día", disparó López Landívar. En este sentido, además del trabajo constante, resultó fundamental el Código de Agricultura Sustentable de Unilever (Unilever Sustainable Agriculture Code – USAC), co-desarrollado con organizaciones no gubernamentales tales como Rainforest Alliance y Fairtrade Foundation.

Se empezó a idear en 2008 y entró en vigor en 2010. Es el resultado de seis años de labor junto a agricultores, consultores y expertos en sustentabilidad, y contempla una serie de prácticas para ser adoptadas en las fincas y de lineamientos que los proveedores deben cumplir

"La realidad es que cuando se tiene que imponer algo, la visión del productor ante algo nuevo es de dudar, pero nos fuimos dando cuenta que muchas cosas que el código pide, el productor ya lo hacía. Lo que dio esto fue un orden", reflexionó Rivara. En diversos casos, se trataba de prácticas que ya eran naturales en el agricultor y con la aparición de el documento, fue más un trabajo en en el aspecto formal como la anotación de registros para su posterior evaluación y certificación.

Nuevas formas de producción
Además, el documento describe el compromiso compartido por encontrar nuevas formas de producir ingredientes y determina pautas recomendadas y obligatorias enmarcadas en once aspectos, entre los que se encuentran consideraciones relacionadas a los suelos, el agua, la biodiversidad y la energía.

En una región donde el agua es un recurso escaso, su cuidado se vuelve fundamental. "Acá el agua es un bien preciado", insistí el Jefe de Compras Agrícolas de Unilever. Con la caída de 200mm anuales con la lluvia, y teniendo en cuenta que un zapallo, por ejemplo, necesita 9.000 litros cúbicos por año, su uso eficiente es menester. Por este motivo se estipula que se debe proveer de fuentes sostenibles y ser utilizada de manera eficiente. Para ello, se emplea el sistema de riego por goteo, que permite un ahorro del 30%.

En lo que hace al control de impactos negativos, gran parte de los productos son despachados sin pasar por el centro de distribución, con lo que se reduce el equivalente a 19 camiones mensuales, un ahorro de quince toneladas de CO2. En esta línea, la planta envía cero residuos a rellenos sanitarios.

El ingrediente humano
En todo esto, una de las patas fundamentales es la social. Por lo que la compañía emplea agricultores locales, además de ofrecerles capacitación en temas de sustentabilidad a todos los involucrados. "El pilar más importante para nosotros es el capital social y humano porque en el campo, el trabajador rural, los peones de capo son el arma secreta del productor. Si el productor no tiene buena gente trabajando, no puede aplicar el código", observó Rivara.

Es así que cada año se evalúan al menos 30 agricultores para asegurar que las directrices se implementan de manera adecuada, y para recibir sus comentarios con el objetivo de realizar mejoras de modo continuo. Aquellos que cumplen con los estándares requeridos son certificados mediante el Knorr Sustainability Partnership. Además de ser necesaria para poder calificar como proveedor de Unilever, los agricultores también sacan sus frutos y no solo porque cualquier excedente que no se venda a la empresa puede destinarlo a otros actores en el mercado.

"El código es un sistema de gestión que junto a la agricultura sustentable le va a dar mayor productividad a la finca, a la actividad. Una mayor productividad implica una mayor rentabilidad, con lo que el beneficio directo para el productor es mayor rentabilidad no solo para él, sino para la gente con la que se relaciona y trabaja. Ningún productor se hace fuerte teniendo personal en inferioridad de condiciones: la actividad genera que el productor pueda retribuir y se genera un círculo virtuoso donde la sustentabilidad se traduce en rentabilidad, y la rentabilidad la hace una actividad más sostenible en el tiempo", sintetizó desde el área de Compras Rivara.

"Ningún productor se hace fuerte teniendo personal en inferioridad de condiciones", sintetizó Marcelo Rivara.

El espíritu que reina en estas decisiones y prácticas es el compromiso de Unilever hacia sus clientes en un mundo en el que el avance de la tecnología además de ventajas, ha traído desconfianza y prejuicios hacia los alimentos artificiales. "Con un consumidor que exige saber cada vez más y con los mitos que hay que no son reales, nosotros como marca tenemos que salir a contar y mostrar y decir qué es lo que realmente tenemos dentro de nuestros productos", explicó López Landívar, aportando la visión de la marca.

Bajo este paraguas de accionar responsable, la empresa busca contagiar a pares corporativos y a todos los actores de la sociedad a aportar su grano. "Nosotros tenemos como gran compañía y gran comunicadora un poder amplificador muy grande, pero es mucho lo que hay por hace, son muchas las oportunidades de trabajar en ese camino. Podemos hacer cosas, pero necesitamos que cada vez más gente se sume porque depende de todos, de cada uno individualmente", sintetizó.

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