Lanzan oficialmente la guía G4 en Buenos Aires


El foco en los temas más relevantes, el adiós a los niveles de aplicación y la inclusión de temas candentes como la remuneración ejecutiva estuvieron en el centro de esta presentación, liderada por Elena Pérez del GRi y organizada localmente por la consultora AG Sustentable.

Desde su lanzamiento oficial en Ámsterdam en 2013, la guía G4 del Global Reporting Iniciative (GRI) ha estado recorriendo diferentes países y el lunes 10 de marzo desembarcó en Buenos Aires. Lo hizo de la mano de la consultora AG Sustentable, data partner del GRI, y el Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño como organizadores oficiales.

“Estas guías son un bien público para las organizaciones. No solo para empresas, sino para los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, para que ellos también tengan este ejercicio de transparencia”, sostuvo Elena Pérez, Network Relations Coordinator de GRI, quien fue la oradora principal, a la hora de referirse a los estándares internacionales más utilizados en el mundo a la hora de reportar.

Además de contar con su presencia, el evento dio lugar a un panel de discusión entre representantes de diversas organizaciones locales. En él compartieron las primeras impresiones causadas por la G4, sus experiencias y reflexiones acerca del futuro de los reportes en Argentina.

Según los datos presentados por Julio Sotelo, de AG Sustentable, en Argentina en 2012 62 empresas emitieron un reporte de sustentabilidad y el 84% lo hizo bajo lineamientos GRI.


“La expectativa siempre es alta cuando se trata de una nueva herramienta. Nosotros en Sancor Seguros tenemos una historia de proceso de RSE que viene evolucionando hace nueve años y el hecho de evolucionar a G4 fue un paso más de lo que venimos haciendo”, apuntó Betina del Valle Azugna, Responsable RSE del Grupo Sancor Seguros, quien participó del panel y se expresó sobre la experiencia de haber sido la primera empresa de América Latina en emitir un reporte G4.

A la hora de desarrollar el tema, Pérez dejó en claro los objetivos perseguidos por la G4, en los dos años y medio de su desarrollo. Uno de los intereses estuvo puesto en hacerla fácil de utilizar, tanto para reportantes avanzados como para los nuevos. Además, señaló la intención de mejorar la calidad técnica y claridad en las definiciones, generar compatibilidad con otros formatos de reportes para evitar la duplicación de información y convertir a los aspectos materiales en los actores principales de las memorias. En último lugar, también resaltó la búsqueda de asesorar sobre el modo de vincular sostenibilidad y memorias integradas, y de mejorar la accesibilidad de los datos.

La materialidad como brújula de los cambios
Desde el vamos, la guía tiene un enfoque distinto, pide que la empresa no dé cuenta de todo, sino que se centre en lo más relevante. La razón de ello, expuesta en la presentación, es que, si bien existen muchos cambios que se pueden hacer cuando las empresas pueden medir y gestionar sus impactos, para ser verdaderamente efectivos, deben enfocarse en unos pocos.

“Hacer un reporte de sostenibilidad se había convertido en un camino lleno de indicadores, en el que las empresas sólo debían hacer un ejercicio de tickboxing. Eran reportes largos, de cientos de páginas, que no contaban una historia”, explicó Pérez sobre el ritmo autómata que había adquirido el proceso.

Mientras que ahora, destacó la experta, qhay que determinar las cuestiones fundamentales que hay que gestionar y cambiarlas, aun cuando las empresas no estén preparadas para hacerlo. De esta manera, GRI aboga por memorias pequeñas, estratégicas, que requieren de una mayor reflexión sobre lo que se está haciendo.

“Hacer un reporte de sostenibilidad se había convertido en un camino lleno de indicadores, en el que las empresas sólo debían hacer un ejercicio de tickboxing", aseguró Pérez.

“Si alguien me pidiera que sintetizara qué es G4, diría que es seleccionar lo que realmente importa en mi empresa y dónde importa”, concluyó Pérez al respecto. Para eso, expuso que los indicadores del 17 al 23 se vuelven claves en esta nueva versión. Los consideró el core de la guía, ya que son los encargados de indicar a las organizaciones cómo identificar su materialidad.

Además de estos indicadores, a la hora de determinar el grado de importancia relativa de la materialidad, la oradora hizo hincapié en el principio de análisis del contexto de sostenibilidad. Apuntó que fijarse dónde están los recursos, dónde hay escasez y de qué manera la compañía los está afectando resulta un ejercicio que permitirá determinar hasta qué punto se extienden los impactos del accionar corporativo.

Y este accionar también involucra a la cadena de suministros. La coordinadora de GRI expresó que en esta nueva versión de las guías se le ha dado mayor énfasis y aterriza en todas las categorías de manera transversal. De esta forma, la empresa se ve obligada a ver más allá de sus propias puertas e involucrar a todos los actores que forman parte de sus procesos.

Esta apertura significa una mejora casi inmediata para aquellos que se comprometen a hacerlo. “El diálogo nos permitió dejar de trabajar con la intuición. El principal aprendizaje fue escuchar primero, actuar después para adelantarnos a futuras dificultades”, apuntó al respecto María Candelaria Barcelona del Ministerio de Finanzas de la Provincia de Córdoba, quien también participó del panel, coordinado por el periodista Fernando Legrand.

Sin embargo, la representante cordobesa también señaló que es un aprendizaje que tiene sus dificultades. “El principal desafío es hacer más sistemáticas las relaciones con los grupos de interés”, admitió, señalando los vínculos con los sindicatos como uno de ellos. El ministerio fue el primer órgano público en emitir un reporte de sostenibilidad y forma parte del grupo pionero en la adopción de la G4. Su tercer informe, que se emitirá en el 2015 y dará cuenta del período 2013-2014, seguirá los lineamientos de la nueva guía.

El adiós a los niveles de aplicación
Otra de las novedades que había llamado la atención, como se expuso en el evento, fue la decisión de GRI de eliminar los niveles de aplicación. El formato había nacido en el 2005, cuando el nivel de maduración del reporting era mucho menor. Según explicó Pérez, mientras que en ese contexto funcionaron, en los últimos tiempos fueron perdiendo su utilidad.

“La eliminación de los niveles de aplicación fue una apuesta a una evolución”, expuso en el panel Jorge Daniel Taillant, Director Ejecutivo del Centro de Derechos Humanos y Ambiente y Miembro del Equipo de Asesores Técnicos de GRI. Explicó que la G4 junto con sus modificaciones fue respuesta y producto del desarrollo que ha tenido la sustentabilidad y la actitud de las empresas y marcos regulatorios a nivel mundial. “Buscamos darle sentido y dirección a esa evolución”, puntualizó al respecto.

Por su parte, la coordinadora de GRI resaltó que los niveles dejaron de tener su propósito original y confundían a los receptores. “El usuario consideraba que el nivel estaba vinculado al desempeño de la organización, cuando solo hacía referencia al número de indicadores por los que había optado”, advirtió Pérez. Esto llegó a generar controversias en casos en que empresas con escándalos públicos recibían un “grado alto” de parte de GRI, un hecho que también afectaba a la reputación misma de la organización.

A esta confusión también expuso que se sumó el hecho de que algunas empresas comenzaron a usar el logo de manera inapropiada y daba la impresión de que GRI era una certificación. Para alejarse de esos mensajes equívocos, se adoptó el sistema de core y comprehensive, en la nueva guía G4.
En esta nueva división, como lo ilustró Pérez, la diferencia radica en que aquellas empresas que elijan hacer una guía exhaustiva deben llenar más indicadores que los que elijan la esencial. Sin embargo, remarcó que algunos aplican para las dos: estrategia, perfil y materialidad.

Mucho contenido nuevo, pero el proceso continúa
Siguiendo con los cambios que se fueron dando, la experta del GRI comentó que hay dos que han dado mucho de qué hablar. El primero es el que atañe a la verificación externa. Si bien GRI siempre ha recomendado este tipo de revisión, existen distintos niveles al hacerlo y a los usuarios nunca les quedaba claro qué es lo que había sido revisado y de qué forma.

Según sus observaciones, no había una respuesta clara a las preguntas ¿Se verificó todo o solo una parte de lo expuesto? o ¿Los verificadores fueron hasta el lugar o solo leyeron la memoria? “Bajo los lineamientos de la G4 existe una mayor transparencia, ya que la compañía debe detallar indicador por indicador cuáles fueron verificados y cómo”, detalló al respecto.

El segundo cambio que también generó mucho intercambio en el mundiallo de la RSE es el indicador de remuneración. Este apartado se enfoca en los salarios y en el gasto de salarios a nivel dirección, comparado con los salarios más bajos. “Esto ha causado revuelo en EE.UU. porque en algunos casos la diferencia en los números es abismal”, comentó Pérez, a lo que agregó: “Buscamos que se abra este debate”.

Más allá de todo el trabajo que requirió este proceso, la guía no se presentó como terminada. Como quedó claro en la exposición, son muchas y muy complejas las temáticas por abordar. Incluso en aquellos temas que se han tratado solo se ha dado solo el puntapié inicial de lo que supondrá un trabajo posterior de profundización. Así lo consideró en el panel Luis Diego Piacenza, Socio de CroweHorwath y miembro del WorkingGroupde Anticorrupción para GRI, al contar sobre el trabajo que realizaron en su grupo. “Cuando hablamos de corrupción muchas veces se quiere que se termine para mañana, pero es un proceso que lleva tiempo”, sostuvo.

Además de continuar explorando esos contenidos, quedaron otros aspectos por incluir, como el referente a la biodiversidad. Al referirse a él, Pérez señaló que quedó fuera de la nueva versión por falta de tiempo y de expertos. Sin embargo, destacó que GRI ya está en tratativas para generar nuevos grupos de trabajo este año para cubrir este y otros temas e invitó a todos los expertos a participar de ellos. "Las guías GRI no están escritas en roca. Son un work in progress", enunció la oradora principal al respecto.

Tampoco se presentó a la guía como una solución mágica. Cuando fue su turno de hablar en el panel, Flavio Fuertes, Coordinador de la Red del Pacto Mundial en Argentina indicó que si bien la nueva guía va a ser de ayuda, no hará que todos aquellos que no emiten reportes, de pronto lo hagan. “Es un mensaje de simplificación al empresariado que necesitaba escuchar, pero no alcanza”, puntualizó.

Fuertes advirtió que en el Pacto de Naciones Unidas hay un 25% de las empresas firmantes que no reportan y son expulsadas por no dar esa información. Así, ilustró la complejidad de las situaciones y de las muchas cuestiones que quedan por resolver, como “encontrarle la medida a los trajes” de las PYMES y de las empresas aprendices que forman parte del Pacto. De esta manera, sostuvo que algunas de estas trabas escapan al alcance de la G4.

De todos modos, no quedaron dudas de que la ayuda que ofrece esta nueva guía no es poca, sumada a todo el revuelo que está causando su presentación y su adopción a nivel mundial. Así opinó Enrique Prini Estebecorena, Miembro del CEADS y Miembro del Equipo de traducción de las Guías G4 al español. “Lo importante es que esta novedad instala el reporte y el reporte, la estrategia”, destacó.

El evento también contó con la participación de la Dra. Graciela Núñez, Vicepresidente 2° del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Julio Sotelo, Socio-Director de AG Sustentable, quien se explayó en las tendencias y perspectivas de Argentina en materia de reportes; y Andrea Pradilla, Directora del Nuevo Punto Focal de GRI en Colombia, que introdujo el tema de la G4 con un breve análisis de la región latinoamericana.

Al dirigirse a la audiencia, la directora sostuvo que América Latina se presenta como una zona de mucho potencial en materia de reportes. Por eso el GRI decidió abrir una nueva sede en el área. México, Perú, Chile y Argentina son los países con mayor actividad en emisión de memorias, siendo Argentina el que está teniendo los mejores números. “Queremos incrementar ese número y mejorar la calidad”, concluyó Pradilla.

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