Argentina, 15º en el Social Progress Index de Michael Porter


Este ranking busca ir más allá de las variables económicas como el PBI y medir el desempeño de los países, en función de su performance social y ambiental. Y prueba que el desarrollo económico es necesario pero no suficiente para el progreso social.

Desarrollar indicadores que vayan más allá del PBI (o GDP en inglés) e incluyan aspectos sociales y ambientales del progreso se ha vuelto todo un desafío en los últimos tiempos. En esta senda se inscribe el flamante trabajo de Michael Porter, el padre del “Valor Compartido”, quien esta vez encaró de la mano de The Social Progress Imperative , el diseño del flamante ranking “The Social Progress Index”.

Este índice rankea 50 países, en función de su performance social y ambiental. Y fue elaborado no sólo por el profesor estrella de Harvard, sino también por colegas del MIT y organizaciones líderes en entrepreneurismo social y negocios.

Ganadores y perdedores
El ranking, presentado en el Skoll World Forum, fue liderado por Suecia, seguida por Gran Bretaña y Suiza. América Latina recién apareció en el puesto 12, de la mano de Costa Rica, para reaparecer en el 14 y 15, con Chile y Argentina respectivamente. Brasil, en tanto, se ubicó un poco más debajo de la tabla en el puesto 18.

A mitad de tabla dieron el presente países de la talla de China y Rusia. Y en los últimos puestos quedaron las naciones africanas como Senegal, Ruanda, Nigeria y Etiopía, que fueron las que peor se desempeñaron en el desafío de dar respuesta a las necesidades sociales y ambientales de sus ciudadanos.
Algunas sorpresas incluyeron el mejor desempeño de Canadá frente a Estados Unidos (el 4º vs el 6º puesto), la preminencia de Costa Rica, Chile y Argentina frente a Brasil, y el bajo desempeño de India, que ocupó el último lugar entre sus pares asiáticos.

En este primer año, el ranking abarcó 50 países, lo que representa las tres cuartas partes de la población mundial, pero su objetivo es incluir por lo menos a 120 naciones en el futuro, cuando se publique de forma anual.

Más allá de lo económico
El índice se elabora a partir de 52 indicadores en tres áreas básicas: las necesidades humanas básicas, la infraestructura social y las oportunidades. La información utilizada para calcularlo incluye datos de organizaciones de lo más reconocidas, como el Banco Mundial o la Organización Mundial de la Salud.

"El desarrollo económico es necesario pero no suficiente para el progreso social", aseguran los expertos.

El disparador para este trabajo es la convicción de que el desarrollo económico es necesario pero no suficiente para el progreso social. El desarrollo general de un país puede ocultar fortalezas y desafíos en materia social y ambiental, tal como aseguran los expertos. “La Primavera Árabe del 2011 o los desafíos de México en la última década ilustran los defectos del crecimiento económico como un agente del progreso social”, aseguró Porter.
De hecho, muchos países ricos tuvieron baja performance en algunos indicadores sociales.

En las conclusiones del estudio, se menciona, por ejemplo, el caso de Estados Unidos, que es el que más invierte en Salud, pero que ocupó el puesto 11º en relación a este subíndice. O el de Australia, 6º en términos de PBI, pero recién en el puesto 22 en materia de Albergue.

Los indicadores tradicionales de la economía no cuentan, para los responsables del estudio, toda la historia del progreso de un país. De hecho, el ranking también reveló que países con PBI similares pueden tener niveles de progreso social muy distintos.

Y que naciones pobres tuvieron un desempeño mejor del esperado en función de su nivel de ingresos. Ruanda, por caso, se ubicó 46º en el índice general, y 48º en PBI, pero está rankeada 9º en términos de inscripción en la escuela primaria. También el caso de Mozambique sigue esta tendencia. Se ubica 47º en el ranking y 50º por PBI, pero está 14º en materia de Igualdad e Inclusión.

“Siempre existió la idea de que el crecimiento económico es lo que produce bienestar, pero el óndice muestra que también funciona a la inversa. Si un país es más estable y pacífico, es claramente un mejor lugar para hacer negocios”, concluye el estudio.

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