Concord, primer pueblo en Estados Unidos en prohibir el agua embotellada


La medida, que ya genera polémica, es el resultado de una campaña de tres años y busca reducir la basura y el uso de combustibles fósiles. Se aplica a botellas de un litro o menos.

El pueblo de Concord, en el estado de Massachussetts, se convirtió en abril en el primero en aprobar una polémica medida: la prohibición de vender o comprar agua en botellas de plástico.

Y a partir del 1º de enero, la medida acaba de entrar en vigencia. Junto a esta prohibición también se impone una multa máxima de US$ 50 dólares a aquellos que violen esta prohibición de vender agua "sin gas y sin sabor", envasada en botellas de plástico de 1 litro o más pequeñas.

Sin embargo, la intención de la medida no es recaudatoria. La primera ofensa sola recibirá un llamado de atención, la segunda una multa de us$25 y recién la tercera ascenderá a US$50.

La prohibición, que ya están dando que hablar en todo Estados Unidos, es el resultado de una campaña de tres años por parte de activistas locales, liderados por la octogenaria Jean Hill, que busca reducir la basura y el uso de combustibles fósiles. "Las compañías de agua embotellada están agotando nuestros acuíferos y después vendiéndonoslos", aseguró hace poco en una entrevista al New York Times.

La campaña Ban the Bottle asegura que lleva 17 millones de barriles de petróleo al año fabricar las botellas plásticas de agua usadas en Estados Unidos, una cifra similar para alimentar a1.300.000 autos durante un año.

Claro que la medida no fue igual recibida por todos en Concord, un pueblo de 18.000 habitantes. No faltó quienes vieran en esta prohibición un recorte de las libertades individuales o quienes aducieran que la gente simplemente cambiará de hábito: consumirá botellas más grandes u otras bebidas también envasadas.

Muchos comercios también se opusieron. De hecho, algunos tratan de evadirla vendiendo botellas de tamaño superior a un litro. También están quienes aducen que la medida no será eficaz, ya que los habitantes de Concord pueden ir a pueblos vecinos para comprar las botellas, aunque, claro está, los deshechos terminaran en sus basurales.

La iniciativa prevé una excepción en caso de que haya una emergencia que afecte a la disponibilidad o la calidad del agua potable a la que tienen acceso los residentes.

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