Vida Silvestre lanzó una caja de educación ambiental para docentes porteños


Esta herramienta desembarcará en todas las escuelas primarias de la ciudad de Buenos Aires con actividades prácticas y material para que los maestros puedan insertar estos contenidos de manera transversal en la currícula.

Introducir los contenidos ambientales en la currícula ahora resulta más fácil, por lo menos en la Ciudad de Buenos Aires. De la mano de la Fundación Vida Silvestre Argentina, con el apoyo de la Reserva Ecológica Costanera Sur y el HSBC, los docentes ahora cuentan con la “Caja Educativa sobre Medio Ambiente en la Ciudad”, una herramienta que brinda contenidos teóricos y prácticos para los educadores argentinos.

La caja será distribuida de manera gratuita, gracias al apoyo de la Fundación Andreani, en las 883 escuelas de educación primaria común de gestión estatal y privada de la ciudad de Buenos Aires. Además, cada escuela que visite la Reserva recibirá el material para trabajarlo en el aula. Otra vía para acceder al material es bajarlo desde la página web de Vida Silvestre.

“En Vida Silvestre estamos convencidos de que la solución a los problemas ambientales requiere de un profundo cambio cultural en nuestra sociedad. Y, la educación ambiental puede constituirse como una herramienta clave para comenzar a generar esos cambios”, sostuvo Diego Moreno, Director General de Vida Silvestre, durante la presentación en la Reserva Ecológica.

La Caja está compuesta por un manual de actividades educativas, con 70 ideas concretas para trabajar en el aula, el libro “La Naturaleza en la Ciudad de Buenos Aires” donde se enumeran las diferentes especies endémicas de flora y fauna de las grandes ciudades del país y un CD interactivo con videos, música y material informativo adicional.

“Si bien se avanzó en la inclusión de contenidos ambientales en los planes de educación formal, todavía hay desafíos pendientes como la calidad y vigencia de los materiales con los que las escuelas trabajan, la formación docente en su nuevo rol de educadores ambientales y la posibilidad de que cada escuela pueda vincularse mejor con el medio en el cual se encuentra”, concluyó Moreno.

Por ahora los docentes porteños son los privilegiados, pero, tal vez, podrán sumarse otras regiones. “Ya llegamos al 100% de las escuelas de la ciudad. El desafío siguiente es armar este material para cada una de las regiones del país, si contamos con apoyo”, proyectó optimista Juan Manuel Ojea Quintana, Coordinador de Programas de Educación Ambiental de la Fundación.

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