El desafío de la inserción laboral de personas del espectro autista

Se calcula que 1 de 44 personas tiene una condición del espectro autista. Y el 80% de ellas está desempleada. En esta entrevista con Teresita Ormaechea, Responsable de Relaciones Institucionales de Panaacea, conocemos el trabajo que llevan adelante junto a la consultora Excelsium para revertir este número.

La diversidad está hace rato en el centro de la agenda corporativa. Sin embargo, la inclusión de personas con autismo en las filas de empleados sigue siendo un gran pendiente. Panaacea es una ONG que tomó como propio este desafío y, en el marco de su misión de mejorar la calidad de vida de personas con esta condición, trabaja día a día en su inserción laboral.

“Se habla poco de lo que pasa cuando los chicos crecen y se enfrentan a la adultez. Por eso uno de nuestros temas fuertes de trabajo es la vida adulta e independiente. Y cuando hablamos de eso, indudablemente tenemos que hablar de trabajo y de cómo hacer para que esta persona también pueda recibir un empleo”, detalla en esta entrevista Teresita Ormaechea, Responsable de Relaciones Institucionales de Panaacea.

Se calcula que 1 de 44 personas tiene una condición del espectro autista. Y el 80% de ellas está desempleada. “No quiere decir que estas personas tienen menos capacidades que otras, sino que no llegaron a tener la posibilidad de un empleo por miles de barreras”, explica, y menciona el desconocimiento como una de las grandes limitantes.

Para abordar este desafío Panaacea se alió con Excelsium, una consultora especializada en capacitación e inserción laboral de personas del espectro autista. Hasta ahora los resultados han sido más que satisfactorios. El mundo de la informática y la tecnología ha sido una de las principales industrias en las que han logrado concretar la inserción. Algunos ejemplos de compañías con las que han recorrido este camino de la inclusión laboral son Sap, IBM y Price, aunque también lo lograron en empresas de otras de industrias no techies como Direct TV y  Sancor Seguros.

El trabajo hasta llegar a buen puerto es largo. “Se les da cursos de programación y también de empleabilidad formándolos en habilidades blandas, por ejemplo cómo manejarse en una reunión  o cómo gestionar los horarios”, cuenta Ormaechea.

Pero no solo se trabaja con los candidatos. “Es clave también el acompañamiento que hacemos a la empresa. La idea es que el contexto sea un apoyo natural. Para eso les damos herramientas a personas que quieran acompañar y ayudar en la inserción, como es la figura del buddy, que es un compañero que le da soporte. Y también se capacita al líder y al mentor”, concluye.

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