Arqlite, economía circular de Argentina al mundo


Sebastián Sajoux, CEO y fundador de Arqlite, nos cuenta en esta entrevista el presente y futuro de este emprendimiento, que se aboca a reciclar plásticos complejos y convertirlos en insumos sustentables para la industria de la construcción y el paisajismo.


La economía circular es sin duda uno de los grandes temas de la agenda de la sustentabilidad. Y el ecosistema de los jugadores que hacen rodar esta economía está en constante evolución. Arqlite es un flamante jugador que, de la Argentina al mundo, ya propone una solución concreta para revalorizar los deshechos, otorgando una segunda vida a los plásticos complejos. Sebastián Sajoux, CEO y Fundador, nos cuenta en esta entrevista la evolución de este proyecto, que ya cuenta con dos fábricas, una en Buenos Aires y otra en California.

“El gran problema que encontraban las marcas eran los plásticos complejos. En esa búsqueda nace Arqlite: ofrecemos una solución de reciclado a gran escala”, explica Sajoux, quien se desempeñó por mucho tiempo como consultor ambiental antes de concretar su emprendimiento.

Un negocio de doble vía

La compañía convierte estos deshechos, provenientes en su mayoría del desperdicio de fabricantes de packaging, en una especie de grava plástica, evitando que lleguen a los rellenos sanitarios. Y esto se convierte, a su vez, en un material sustentable para la industria de la construcción y el paisajimo. “Son dos empresas en una. Las industrias nos pagan una tasa por llevarnos los plásticos y procesarlos, disminuyendo los residuos que van a rellenos. Y este ingreso nos permite vender la leca plástica que fabricamos a un precio más competitivo”, cuenta Sajoux.

“Son dos empresas en una. Las industrias nos pagan una tasa por llevarnos los plásticos y procesarlos, disminuyendo los residuos que van a rellenos. Y este ingreso nos permite vender la leca plástica que fabricamos a un precio más competitivo”. Sebastián Sajoux, CEO de Arqlite.

Todo empezó en 2015 como una start up de garage y de la mano de un sueño. “Quería vivir de algo que genere un impacto positivo”, recuerda. Hoy la compañía posee una planta en Boulogne, cerca del CEAMSE, y otra en Santa Ana, California, que abrirá sus puertas en septiembre.

Los clientes de la unidad de reciclado son los fabricantes de packaging, especialmente los flexibles que tienen una mayor complejidad. “Trabajamos con pocas industrias pero de gran volumen. Cobramos una tasa similar a la del Ceamse y parte del desafío es explicar que rompemos con la informalidad del sistema”, explica el emprendedor.

Del otro lado, la industria de la construcción valora el resultado final del proceso de reciclado; una leca plástoca con múltiples ventajas como su peso liviano y su capacidad aislante que reemplaza, por ejemplo, al canto rodado tradicional en la fabricación del hormigón. . “Nosotros tomamos la decisión de trabajar exclusivamente con plásticos y mantenernos asociados a la industria de la construcción, porque tiene la posibilidad de absorber gran cantidad de producto”, aclara.

En su recorrido la compañía ya se alzó con premios del BID, del Ministerio de Producción y también algunos extranjeros como el de NYC Curb-to-Market Challenge (CTMC), donde se alzaron con US$ 250.000. Hace poco, también recibieron otro monto similar por parte del fondo de inversión Kamay Ventures, integrado por Coca y Arcor, empresa que también es clienta de Arqlite.

Hoy tienen una producción de 50 toneladas por mes en Argentina, en un contexto en el que la construcción de encuentra parada. “El mayor trabajo hoy en Argentina pasa por sobrevivir a esta crisis”, reconoce Sajoux. En Estados Unidos, apuntan a trabajar con tres turnos y producir 150 toneladas.

“Queremos ampliar el impacto al postconsumo. Hablamos con muchos municipios, de todos los colores, pero todavía no lo logramos”, cuenta Sajoux.

A futuro también proyectan licenciar la tecnología en Europa y sueñan con el reciclado de deshechos postconsumo, ya no de desperdicios de industia, en Argentina. “Queremos ampliar el impacto al postconsumo. Hablamos con muchos municipios, de todos los colores, pero todavía no lo logramos. Ser sustentables requiere trabajo y eso también lleva un costo”, revela. Sin embargo, en Estados Unidos el post consumo ya concentra el 90% de sus operaciones de reciclado.

“Todo va hacia la economía cirdular pero va más lento de lo que uno quisiera. En Argentina un poco més lento, que en Estados Unidos y en Europa, donde la velocidad es aun mayor”, concluye.

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