En una primera instancia, el bagazo descartado se convertirán en carcasas para faros. Un modelo que además de ser 20% más liviano y resistente, representa hasta un 25% de ahorro de energía durante el moldeo.
El café es la bebida más consumida a nivel mundial. Su consumo se ha duplicado durante los últimos 20 años, pasando de 92 millones de sacos en 1990 a 162 millones de sacos proyectados para 2019. Se estima que anualmente las personas consumen al menos 400.000 millones de tazas, y la demanda sigue en aumento. Solo en Estados Unidos se producen alrededor de 500.000 kg de café por semana.
Con esta gran producción se genera un montón de materia orgánica que a veces se composta, pero a menudo simplemente se desecha como desperdicio y se quema. Frente a realidad, Ford y McDonald's forjaron una inusual alianza.
"¡Me di cuenta de que debía haber algún desperdicio asociado con esta taza! Le pedí a mi equipo que investigara qué podría ser reutilizable, y después de algunas investigaciones me dijeron que el bagazo de café podría ser un buen material para trabajar", relató Debbie Miewelski, Líder Técnica Superior de Sostenibilidad de Materiales de Ford.
"¡Me di cuenta de que debía haber algún desperdicio asociado con esta taza!", relató Debbie Miewelski, Líder Técnica Superior de Sostenibilidad de Materiales de Ford.
Los investigadores de las compañías descubrieron que la cáscara de café -la piel seca que se desprende naturalmente durante el proceso de tostado – puede transformarse en un material duradero para reforzar las partes de un vehículo. Al calentar el bagazo a altas temperaturas con poco oxígeno, los científicos lo mezclan con plástico y otros aditivos para crear un compuesto fuerte y resistente al calor. Eso lo convierte en el material ideal para, por ejemplo, un faro.
¿De cuánto café estamos hablando? Cada faro requiere de aproximadamente 300.000 granos. Por suerte, parece que no hay escasez de suministro: los puntos de venta de McDonald's en Estados Unidos se han comprometido a donar una parte significativa de su bagazo a Ford. La cadena de comida rápida sirve más de 1.000 millones de tazas de café al año. Un promedio de 2.5 millones de tazas al día. |
Uno que además es un 20% más liviano que el que reemplaza. Aunque la reducción de peso puede no parecer significativa, mejorará la eficiencia energética de los vehículos y, a su vez, reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero. El reemplazo de este ingrediente en la mezcla baja alrededor de medio kilogramo del auto, lo que a su vez mejora la economía de combustible. Además de ser resistentes, representan hasta un 25% de ahorro de energía durante el moldeo .
El Lincoln Continental de Ford será el primer coche con piezas realizadas a base de café molido y no está definido si se extenderá a otros territorios. Varroc Lighting Systems está buscando tener listas las carcasas para antes de fin de año. En paralelo, Ford espera poder usar el mismo material para los componentes interiores. La vara corporativa se eleva y los motivos son justificados. La industria automotriz está bajo una enorme presión para reducir las emisiones por sus caños de escape y aumentar la producción de vehículos eléctricos. A pesar de que las ventas de los modelos siguen creciendo, la huella de carbono global del sector contribuyó al 9% de las emisiones mundiales de CO2 en 2018. Eso es más que las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de toda la Unión Europea.
El café es solo el principio de la alianza Haciendo honor a su rol de miembros de la Alianza de Materias Primas Bioplásticas de la World Wildlife Foundation (WWF), que prioriza el trabajo de la materia vegetal en plásticos, tanto McDonald's como Ford esperan seguir buscando más formas de colaborar entre sí para crear un futuro más sostenible, como utilización de más productos de desecho."Deben tener muchos descartes de ketchup: cáscaras de tomate, cáscaras y semillas. ¿Qué pasa con las cáscaras de papas fritas? Estamos convencidos de que probablemente podamos hacer algo de química y hacer algo de eso también", disparó Miewelski. |
Conscientes de esta cifra, a través de la propuesta en Ford esperan dar un paso prometedor para reducirla. El interés por los materiales reciclados no es nada nuevo. Su fundador, Henry Ford, ya usaba productos a base de soja a principios de la década de 1940. Hoy en día, la empresa tiene el objetivo de usar solo plásticos reciclados y renovables en sus vehículos. El sueño está lejos de ser imposible: ya fabrica alrededor de 300 piezas a partir de materiales renovables, como soja, trigo, arroz, agave, ricino, tomate y celulosa de árbol.
"Ahora es el momento de impulsar la economía de ciclo cerrado, donde diferentes industrias trabajan juntas e intercambian materiales que son productos secundarios o de desecho", alentó Miewelski.
Entre ellas, las esteras de fibra de coco en el Focus, las cubiertas eléctricas del casco de arroz en el F150 y un compuesto a base de celulosa que recicla los desechos de papel para reemplazar la fibra de vidrio que se encuentra en las consolas centrales convencionales y portavasos. Pero más allá de lo significativas que puedan ser sus acciones, desde la automotriz remarcan la necesidad de sumar más actores. "Ahora es el momento de impulsar la economía de ciclo cerrado, donde diferentes industrias trabajan juntas e intercambian materiales que son productos secundarios o de desecho", alentó Miewelski.
En el caso del reciente desarrollo junto a McDonald's, esperan que otras usen esta IP abierta y el material. “Espero que muchas partes de los vehículos y muchos artículos para el hogar puedan utilizar algunos de estos materiales. Estoy convencida de que puede suceder . Necesitamos tener que la gente adopta la mentalidad: 'esto no es desperdicio, estos son productos valiosos'. La economía circular es algo en lo que deberíamos haber estado trabajando durante los últimos 30 o 50 años, así que ahora tenemos que ponernos al día", remarcó la ejecutiva.