El reciente informe de GRAIN y el IATP reveló que los mayores nombres de estas industrias podrían llegar a desplazar a Exxon, Shell y BP y posicionarse como los mayores contaminadores del clima en las próximas décadas.
En un momento en que la agenda global apunta a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), los gigantes mundiales de proteínas animales están impulsando el consumo al aumentar la producción y las exportaciones, lo que lleva a un efecto devastador. Así lo reveló el reciente estudio Emissions impossible – How big meat and dairy are heating up the planet de GRAIN y el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP).
Y es que los titanes de las industrias de carnes y lácteos podrían llegar a desplazar a nombres como Exxon, Shell y BP y posicionarse como los mayores contaminadores del clima en las próximas décadas. De hecho, en conjunto, el Top 5 ya supera los GEI que individualmente producen Exxon, Shell o BP, mientras que el Top 20 sobrepasa a los de Alemania.
Los números del exceso
El reciente documento puso bajo la lupa a las 35 empresas más grandes del mundo de estos rubros y sus descubrimientos aumentaron el sentido de alarma que viene in crescendo.
¿En qué sentido? Existe un consenso general de que para 2050, debemos reducir las emisiones globales en 38.000 millones de toneladas para limitar el calentamiento global a 1,5°C. Pero si todos los demás sectores siguen ese camino mientras el crecimiento de la industria cárnica y láctea continúa según lo proyectado, el sector ganadero podría consumir hasta el 80% del presupuesto de GEI permisible en solo 32 años.
De las corporaciones relevadas, la mayoría no informa o informa menos de sus emisiones, mientras que solo cuatro de ellas proporcionan estimaciones completas y creíbles. En paralelo, 14 han anunciado alguna forma de objetivos de reducción. De estas, solo seis tienen metas que abracan a las emisiones de la cadena de suministro, un dato crítico, en especial si se tiene en cuenta que estas pueden representar hasta el 90% de los gases totales.
Sin embargo, incluso las seis compañías que prometen recortes de GEI a lo largo de su cadena, en simultáneo presionan por el crecimiento de la producción y las exportaciones. De esta forma terminan impulsando sus emisiones totales, independientemente de su intención de reducir las relacionadas a litro de leche o kilo de carne producida.
Con este panorama de fondo, desde el estudio apuntan que para evitar la catástrofe climática, el foco debe estar en reducir la producción y el consumo de carnes y lácteos en países con exceso de producción y de consumo excesivo, y en poblaciones afluentes a nivel mundial, al tiempo que se apoya la transición a la agroecología.