2017 fue uno de los tres años más calientes de la historia


Así lo revelaron la NASA y la NOAA. En nuestro país, el Servicio Meteorológico Nacional lo señala como el año más caluroso del que se tiene registro a nivel local. Todo el análisis de Vida Silvestre sobre los impactos y lo que se puede hacer.

La NASA y la NOAA (Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) lo volvieron oficial: el 2017 se convirtió en uno de los tres años más calientes de los que se tenga registro. En base a esto, desde Fundación Vida Silvestre compartieron un detallado análisis a nivel global y nacional.

"El último año podría pasar a la historia como el año en el que los impactos del cambio climático finalmente se volvieron innegables. Acaso este año sea aquel en el que nuestra respuesta se iguala al desafío", alentó Chris Weber, Líder Científico de Clima y Energía de WWF.

El principal problema

Los expertos coinciden en apuntar a las emisiones de gases de efecto invernadero como el principal factor que provoca el cambio climático. Junto con la deforestación, van en aumento. Y esto lleva a que aumente el cambio climático.

La cuestión cobra mayor urgencia cuando los cálculos preliminares sugieren que las emisiones de dióxido de carbono se elevaron 2% en 2017, tras permanecer planas entre 2014 y 2016.

Y a nivel local, las cifras de las agencias estadounidenses se corresponden con un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). El mismo apunta al año pasado como el más caliente para nuestro país. Con un desvío respecto de la temperatura media normal de +0.66°C, superó la marca del año 2012, cuando se había alcanzado un desvío de +0.63°C.

Un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) apunta al año pasado como el más caliente para nuestro país.

Como comparten desde Vida Silvestre, según el análisis del SMN, al examinar la evolución climática temporal desde 1961 hasta 2017 de la anomalía de temperatura media, son cada vez más frecuentes los registros de años cálidos. Esta preocupante tendencia es mucho más significativa desde el 2012.

Este anuncio llega en un año en el que El Niño golpea y calienta el oeste del Océano Pacífico. Este fenómeno influencia patrones climáticos en el hemisferio sur, que empujan la temperatura promedio global.

Lo que se puede hacer y lo que se está haciendo

Aunque el balance es poco alentador, también se registran una serie de tendencias que deberán permitir a los gobiernos a ser audaces cuando se trata de objetivos de emisiones, políticas nacionales, y uso de energías limpias.

En este sentido, la Agencia Internacional de Energía Renovable publicó una investigación que demuestra que para el 2020 todas las tecnologías de energía renovable tendrán un costo competitivo con la generación de combustibles fósiles.

En paralelo se hace patente la creciente alerta por el estado de nuestros océanos que demuestra una concientización y preocupación por la sustentabilidad de los ecosistemas del mundo.

Seamos claros. A gran escala, la temperatura promedio global en 2017 fue entre .8 a .9 grados mayor que en los niveles preindustriales. Pero como dejan en claro desde Vida Silvestre esto que se percibe como un pequeño incremento ya está teniendo impactos enormes que contribuyen a eventos climáticos extremos.

¿Como cuáles? Por mencionar algunos ejemplos a nivel mundial: las inundaciones en el sudeste asiático que terminaron con la vida de más de 1.200 personas; la ola de calor Lucifer, en Europa; los incendios sin precedente en el oeste de los Estados Unidos, los USD 306.000 millones de costo por desastres climáticos solo en Estados Unidos, producto del paso de los huracanes Harvey e Irma.

Y es que las consecuencias no son solo ambientales, sino también sociales y económicas.

El cambio climático en Argentina
Como recuerda la fundación, nuestro país no es ajeno a esta realidad que se manifiesta de diferentes formas: el cambio climático viene aumentando las probabilidades de que se sucedan las inundaciones e incendios forestales en el norte y centro del territorio nacional; las sequías en zonas templadas y la pérdida de glaciares.

Para los expertos, Argentina debe reforzar su compromiso con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Para eso, se vuelven clave no solo el diseño de políticas más ambiciosas sino la ejecución real de las políticas ya comprometidas y el monitoreo de la eficiencia de las mismas.

Pero la tarea no recae solo en el estrato gubernamental: el mundo privado comparte una gran responsabilidad en la incorporación de la eficiencia energética en el sector productivo y en la promoción de prácticas libres de deforestación y climáticamente responsables.

Así, por ejemplo, desde Vida Silvestre alientan el respeto de las leyes ambientales vigentes, como la Ley de Glaciares, la Ley de Bosques y la sanción de las pendientes, como la Ley de Humedales.

"Nuestro país dispone, lamentablemente, de una enorme capacidad de recuperarse ante diversas crisis. Esta, la crisis climática implica una nueva forma de pensar, un nuevo paradigma. Comprender que debemos cambiar nuestros hábitos de producción y consumo, justamente para no comprometer la posibilidad que nuestros hijos – o de nosotros mismos en un futuro cercano- de contar con un ambiente sano y saludable, como establece nuestra Constitución Nacional. El compromiso del gobierno, de empresas y de todos los ciudadanos nos permitirá superar esta nueva crisis, sin dejar a nadie atrás. Fundación Vida Silvestre continuará realizando sus aportes en este sentido, ¡esperamos contar con su apoyo!", apuntó Manuel Jaramillo, Director de Vida Silvestre.

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