Durante la COP 23 en la ciudad alemana de Bonn, los dos países dieron a conocer la "Powering Past Coal". Con 25 miembros adheridos, apuntan a atraer jugadores de mayor peso, empresas incluidas.
Poco antes de que finalice la 23ª sesión de la Conferencia de las Partes (COP 23) de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, una veintena de países prometieron eliminar por etapas su dependencia al carbón. Esto quiere decir adiós a las plantas tradicionales y a las inversiones en este recurso, tanto a nivel nacional como afuera.
La alianza "Powering Past Coal" es el fruto conjunto de la ministra canadiense de clima, Catherine McKenna y su par británica, Claire Perry. Las funcionarias dieron a luz a la idea durante una reunión en Bonn. "Claire y yo cocinamos esto y estamos encantadas de tener tantos socios tan rápido", expresó McKenna.
La iniciativa ya cuenta con la adhesión de 25 miembros, entre los que se cuentan cinco provincias canadienses y los estados de Washington y Oregon. De los 18 países en la lista, figuran los nombres de Francia, Austria y Nueva Zelanda. De la región, el presente vino por parte de Costa Rico y México. Y durante el evento de lanzamiento, El Salvador anunció que también se uniría.
Pero esto es solo el punto de partida. Desde el grupo apuntan a incorporar más de 50 nombres antes de la próxima UNFCCC en Polonia del año que viene, empresas incluidas. "A veces las ideas muy buenas tienen inicios muy pequeños. Esto no se trata de un proyecto piloto. Se siente como un compromiso firme para realmente hacer un gran cambio en la forma en que energizamos nuestras economías y en el proceso alcanzar nuestras metas de París", alentó Perry.
Los presentes
Y es que hasta ahora, la iniciativa no es tanto un compromiso novedoso, sino más un reconocimiento a varios ya existentes. Ni tampoco incluye al top ten de consumidores de carbón mundial. De hecho, varias de las naciones como Fiji o las Islas Marshall, nunca usaron esta fuente. Mientras que todas las demás ya tenía planes para eliminarla. En este sentido, Austria y Nueva Zelanda son los que más se acercan a la meta: tienen una sola planta que ya planeaban cerrar.
Los mayores usuarios del grupo son Canadá y Países Bajos. El primero obtiene un 7% de su energía de este recurso y el año pasado se comprometió a darlo por finalizado al 2030. Por su parte, el segundo es el miembro con mayor dependencia: un 32% de su generación energética es a base de carbón. Y su meta es la misma: al 2030 se despedirá por completo de él.
El otro miembro fundador, Reino Unido, viene siendo pionero en la temática. En 2015 adoptó una legislación para la eliminación total al 2025. "En julio del 2012 todavía teníamos un 40% de carbón en nuestro perfil de generación. En julio de este año había bajado a un 2%. En abril tuvimos nuestro primer día sin carbón desde 1882. Pudimos hacerlo en Reino Unido, un país que icónicamente empezó nuestra revolución industrial montado en el uso del carbón bajo nuestra isla", alentó Perry.
La expectativa sobre Alemania
Entre los nombres a sonar, gran parte de la expectativa está puesta en Alemania, el quinto usuario de carbón a nivel mundial, a quien le pidieron unirse en la COP 23. "Les pedí que entiendan que no podemos tomar esta decisión antes de que tengamos nuestro próximo gobierno. Pero la iniciativa nos mantendrá al día", explicó Barbara Hendricks, Ministra de Ambiente de Alemania.
Y es que el país se encuentra en una situación compleja . Ocho semanas después de las elecciones, Berlín sufre un bloqueo político. A pesar de ser electa como Canciller, Angela Merkel no está pudiendo sortear la falta de entendimiento de los partidos.
La líder intenta construir una coalición gubernamental, pero no logra encontrar terreno común. Ayer evaluó tanto las posibilidades de repetir las elecciones o continuar a la cabeza de un inestable Gobierno en minoría. Los partidos en cuestión son los Liberales y los Verdes. Entre otras cosas, estos últimos han hecho de la eliminación del carbón su línea roja para entrar en cualquier tipo de coalición. Y se ha vuelta una de las temáticas más contenciosas.
Y quizás la reciente alianza suba la presión a la primera economía de la zona euro y líder político de facto de la UE que depende de un 40% del carbón para su energía. "Esta es una señal fuerte para la Canciller Merkel y sus socios de negociación que están intentando formar el próximo gobierno alemán.
En el G7, Alemania ahora tendrá que elegir si quiere pararse con los amigos del carbón -Japón y los Estados Unidos de Trump -o con los amigos de la acción climática -Reino Unido, Francia, Italia y Canadá-", reflexionó Lutz Weischer, Presidente de Política Climática en Germanwatch.