Uruguay, a la vanguardia de las energías renovables


La escasez de recursos llevaron a Uruguay a la implementación de un plan nacional en el que las renovables son las protagonistas. Hoy las energías verdes casi alcanzan el 40% de la matriz local, muy por encima del promedio internacional del 17%. Un ejemplo a seguir.

La escasez de recursos llevaron a Uruguay a la implementación de un plan nacional en el que las renovables son las protagonistas.

Muchas veces, la necesidad lleva a buscar soluciones radicales. Es por eso que no es de extrañar que un país que carece de reservas de petróleo y gas se las ingenie para generar recursos provenientes de otras fuentes. En esta línea, desde el 2008, Uruguay invierte el 3% de su PBI anual para cambiar su estructura energética y, en este tránsito, las renovables son sus aliadas.

“En Uruguay estamos hablando de una política a largo plazo y eso es central, muy pocos países en el mundo la tienen. Esa política fue acordada entre todos los partidos políticos” expresó Ramón Méndez, Director Nacional de Energía, responsable del diseño de la estrategia de Política Energética 2005-2030 que rige a la nación.

Las metas son altas y entre ellas se busca que un 50% de la electrificación provenga de fuentes sustentables en el suministro de energía primaria, además de la generación de 15% de energía de renovables modernas para este año.

Este ambicioso plan va más allá del decir y ya ha dado pasos concretos: el 84% de la electricidad proviene hoy de recursos propios como el viento, el sol, la lluvia o la quema de desechos de los cultivos agrícolas. Además, las energías verdes alcanzarán pronto el 40% de la matriz energética local, una cifra que hasta los más desarrollados envidian, si se tiene en cuenta que el promedio mundial no supera el 17%.

Un modelo a seguir
El compromiso del vecino uruguayo está por encima de la gran mayoría, sirve de modelo en el contexto internacional y sus avances le valieron que fuera destacado en el reciente informe "Líderes en energía limpia" del World Wild Fund (WWF), publicado en diciembre de 2014. Entre los hitos que se remarcan en el estudio, se hizo hincapié en el recorrido del país en estos últimos años.

Así, en 2012, el país ocupó el primer lugar en el top 5 a nivel mundial en invertir el mayor porcentaje del PBI en renovables. Al año siguiente, fue el cuarto en atraer la cantidad absoluta más grande de inversión en América Latina en estas energías, con alrededor de US$ 1.100.000. Y el año pasado, fue el país de la región con mayor tasa de crecimiento de la inversión en energía limpia.

“La introducción de renovables aumenta nuestra soberanía energética. Es un tema de supervivencia de la economía. Todo esto permitió garantizar el suministro, cosa que históricamente en Uruguay no era trivial. A tal punto que el verano pasado exportamos a Argentina el equivalente al 50% de nuestro consumo”, explicó Méndez.

El sistema ideado está basado en la articulación entre el sector público y el privado. De esta forma, la Dirección Nacional de Energía da lugar a subastas y concursos, y en base a las presentaciones, se elige la tecnología más madura y rentable. Entre las adopciones, uno de los mayores éxitos ha venido de la mano de las instalaciones eólicas. “El viento es más estable que la lluvia, se repite todos los años, es un negocio financiero”, afirma Méndez.

Además del factor aire, dentro de la visión energética del Uruguay hacia el 2030, la energía solar también juega un papel fundamental. En este punto, desde el reporte del WWF, apuntaron que el marco regulatorio para las tecnologías solares desarrollado por el país es uno de los más completos de la región, ya que incluye al menos 17 instrumentos jurídicos que permite su expansión.

Pero más allá de estos avances que se ganan el visto bueno en los sectores expertos y el ámbito internacional, en julio de 2014, estos logros se volvieron tangibles para los propios ciudadanos cuando percibieron una bajada en la factura de luz. La tarifa eléctrica se redujo en un 5,5% para los hogares y un 6% para las PYMES. Es así que el pequeño país que tanto dependió de las importaciones de gas y petróleo, está en camino de volverse autosuficiente y de incluso convertirse en exportador de energía.

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