Un millón de especies están al borde de la extinción


Esa es solo uno de las alarmantes conclusiones que se desprenden del reciente Informe de Evaluación Global de la IPBES que reveló el rápido deterioro de la naturaleza en el mundo, gran parte a causa del accionar humano.

Cerca de un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, imponiendo otro triste récord en la historia de la humanidad. Esa es solo una de las alarmantes coclusiones que reveló el histórico primer Informe de Evaluación Global que lanzó la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés).

"El informe de la Evaluación global ofrece evidencia irrefutable no solamente sobre la pérdida de la naturaleza sin precedentes, sino también de los riesgos que le presenta a la vida humana y la prosperidad. La necesidad de actuar urgentemente nunca ha sido más clara. Seguir como siempre ya no es una opción. El informe ofrece esperanza para empezar la recuperación de la naturaleza a través de un cambio transformador al redefinir nuestro enfoque para un futuro más sostenible", expresó Rebecca Shaw, Directora Científica del WWF.

"La necesidad de actuar urgentemente nunca ha sido más clara. Seguir como siempre ya no es una opción. El informe ofrece esperanza para empezar la recuperación de la naturaleza a través de un cambio transformador al redefinir nuestro enfoque para un futuro más sostenible", expresó Rebecca Shaw, Directora Científica del WWF.

Un llamado en pos de la naturaleza

Además del informe del IPBES, cerca de 600 líderes internacionales en materia de conservación dieron su respaldo a la iniciativa Call4Nature para la acción global, con el fin de detener el deterioro de la naturaleza.

A la movida se sumaron científicos de resonancia internacional, expertos en vida silvestre y personalidades públicas como Jane Goodall, el presentador de televisión Chris Packham y la actriz francesa Juliette Binoche. Call4Nature es una carta abierta impulsada por WWF que subraya la urgente necesidad de acción de los líderes políticos para detener la desaparición de la vida en la Tierra.

Se trata del primer panorama completo del estado de la biodiversidad mundial desde 2005, con evidencia proporcionada por 400 expertos de 50 países. El análisis reitera muchos de los hallazgos del Informe Planeta Vivo publicado por el World Wide Fund (WWF) y difundido en nuestro país por Fundación Vida Silvestre Argentina en 2018.

"En nuestro país y en todo el mundo es central que consigamos un Nuevo Acuerdo para la naturaleza y las personas. Es la única forma de cambiar este rumbo”, insistió Manuel Jaramillo, Director General de Fundación Vida Silvestre Argentina.

Los números de alarma
Lamentablemente, presenta una imagen alarmante de las extinciones de especies, la disminución de la vida silvestre, la pérdida de hábitat y el agotamiento de los servicios de los ecosistemas que son cruciales para nuestro sustento y desarrollo económico. Según sus resultados, el accionar humano alteró significativamente la naturaleza en todo el mundo:

Además del triste hito de especies al borde de su extinción, tres cuartas partes del ambiente terrestre y alrededor del 66% del entorno marino se han alterado considerablemente. Más de un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi el 75% de los recursos de agua dulce ahora se dedican a la producción agrícola o ganadera. Mientras tanto, casi el 30% de los alimentos que se producen globalmente son desechados cómo basura.

El informe también ofrece un estudio exhaustivo de la interrelación entre el cambio climático y la pérdida de la naturaleza. Entre los principales contribuyentes de las alteraciones en los ecosistemas, el accionar humano se identifica entre los impulsores clave que exacerban el impacto de otros que producen cambios tanto en la naturaleza como en el propio bienestar humano.

"Nuestra generación es la primera con las herramientas para ver cómo hemos cambiado la Tierra y cómo nos ponemos en peligro. También somos la última generación con la oportunidad de influir en el curso de la mayoría de los cambios. Ahora es el momento de actuar, no a medias y de manera paulatina, sino de manera drástica y audaz", exhortó Guenter Mitlacher, Director de Política Internacional de Biodiversidad del WWF Alemania.

"La Evaluación global del IPBES deja en claro que nuestra sociedad está 'en una situación grave’ si continuamos como hasta ahora, aunque también brinda esperanza de que un cambio positivo es posible si todos nos comprometemos urgentemente en interés de las generaciones futuras. Nuestra generación es la primera con las herramientas para ver cómo hemos cambiado la Tierra y cómo nos ponemos en peligro. También somos la última generación con la oportunidad de influir en el curso de la mayoría de los cambios. Ahora es el momento de actuar, no a medias y de manera paulatina, sino de manera drástica y audaz", exhortó Guenter Mitlacher, Director de Política Internacional de Biodiversidad del WWF Alemania.

Y es que las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0,7°C, mientras que el promedio global del nivel del mar ha aumentado de 16 a 21 centímetros desde 1900. Estos cambios han contribuido a los impactos generalizados en muchos aspectos de la biodiversidad, incluyendo la distribución de especies.

El lanzamiento del documento científico de 1.800 páginas coincide con la reunión de los ministros de Medio Ambiente del G7 en Metz, París. En este aspecto, sus autores lo proponen como un llamado de atención para que los responsables políticos y las empresas tomen medidas decisivas, enfatizando la urgente necesidad de alcanzar en 2020 un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas con el fin de no llegar a un punto sin retorno.

“Es imperativo articular la conservación de la naturaleza con los acuerdos de la COP de París, e involucrar a la sociedad civil, a los gobiernos y al sector corporativ”, insistió Jaramillo.

“Es imperativo articular la conservación de la naturaleza con los acuerdos de la COP de París, e involucrar a la sociedad civil, a los gobiernos y al sector corporativo. En este sentido, es necesario revisar las políticas contradictoras que promueven la transformación de áreas naturales para establecer nuevas áreas de cultivos para generar alimentos que luego son desechados en gran porcentaje; o que subsidian el desarrollo de infraestructura para la extracción de hidrocarburos con métodos altamente cuestionados a nivel internacional como la fracturación hidráulica, generando un impacto negativo sobre el calentamiento global mundial, la conservación de los ecosistemas sanos de la Argentina y las futuras generaciones”, insistió Jaramillo.

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